Cuando hay un sobresfuerzo que se repite a menudo los tendones del codo se pueden acabar dañando.
Los juegos de raqueta tienen el riesgo de varias lesiones habituales. Pero la que se lleva la palma es una que incluso le da nombre, el codo de tenista.
La epicondilitis, que es su nombre médico, es la lesión más frecuente del codo, se produce sobre todo cuando lo movemos de forma continuada y repetitiva.
Los deportes de raqueta se pueden practicar a cualquier edad, aunque son exigentes. Por eso resulta importante realizar un trabajo de prevención.
Por qué aparece el codo de tenista
Es habitual en los deportes de raqueta. Pero no solo lo sufren los deportistas. “También puede aparecer al cargar peso, por ejemplo en el caso de las abuelas que cargan sus nietos en brazos”, apunta la doctora Silvia Ramón Rona, jefa del Servicio de Rehabilitación y Fisioterapia del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Los movimientos repetitivos que hacemos en el tenis o el pádel pueden causar desgarros en el tendón
Para entender por qué se genera esta lesión es importante conocer la anatomía del codo.
En esta zona articular se unen el húmero (el hueso que va desde el hombro hasta el codo), con el radio y el cubito (que van del codo a la muñeca).
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A estos tres huesos se suman los músculos, que nos permiten estirar y flexionar el brazo. Para poder llevar a cabo su función de forma coordinada con los huesos, estos músculos están “enganchados” a ellos mediante los tendones.
Pero cuando hay un sobresfuerzo que se repite a menudo, estos tendones pueden acabar dañándose.
El codo de tenista suele afectar a un tendón en particular, que une los músculos extensores (los de delante del brazo) con la parte inferior del húmero, el epicóndilo.
Los movimientos repetitivos pueden provocar pequeños desgarros en el tendón y en la musculatura a la que está ligado, generando inflamación y dolor.
Cómo prevenir el codo de tenista
- Mejora de la técnica de coger la raqueta y golpear. Es importante que un entrenador te enseñe, ya que los tenistas noveles suelen hacer una fuerza de agarre excesiva de la empuñadura.
- Cambiar de raqueta. Hay que dejarse aconsejar por los profesionales para que tenga el peso y grosor correcto.
- Hacer pesas o gomas. Es necesario trabajar no solo el brazo. Es muy aconsejable realizar ejercicios con pesas o gomas elásticas que involucren la espalda y hombro.
- Entrenamiento progresivo. Se debe avanzar poco a poco; especialmente, quienes empiezan a practicar tenis, pádel o squash.
- Calentamiento. Es el mejor aliado para evitar las lesiones.
- Bebe y duerme. Una buena hidratación y nutrición, dormir bien (de siete a ocho horas diarias) es clave para reducir el riesgo de lesiones.
Síntomas del codo de tenista
“Habitualmente, el primer síntoma suele ser el dolor en la cara externa del codo (la región del epicóndilo)”, explica la doctora Ramón.
- Aparece con acciones cotidianas como levantar una botella, girar una llave o abrir un bote y, normalmente, comienza siendo una leve molestia y empeora a lo largo del tiempo. “Incluso puede acabar extendiéndose hacia el brazo y el antebrazo”, advierte la experta.
Esta lesión afecta, sobre todo, a hombres de entre 30 y 50 años
- Otro de los síntomas que pueden acompañar al codo de tenista es la pérdida de fuerza, sobre todo cuando lo que se pretende es agarrar algún objeto.
Tratamiento para el codo de tenista
Si sospechas que padeces una epicondilitis, lo primero que debes hacer es evitar, en la medida de lo posible, los movimientos que provocan dolor en esta articulación y acudir al médico para que estudie tu caso.
No esperes a que el dolor se vaya solo, porque con el tiempo la lesión puede llegar a hacerse crónica y más resistente al tratamiento.
Normalmente basta una exploración física del codo, en la que el traumatólogo pide llevar a cabo una serie de movimientos, para diagnosticar la lesión.
- Si la epicondilitis está en una fase aguda (el dolor es muy intenso y la zona está visiblemente inflamada), se recomienda lo que los expertos en fisioterapia conocen como el método PRICE. “Son las siglas en inglés de protección, reposo, hielo, compresión y elevación”, nos aclara la doctora Silvia Ramón.
- El objetivo es reducir la inflamación y el dolor y evitar que la lesión vaya a más. Para conseguirlo, “puede ser beneficiosa la utilización de férulas inmovilizadoras de codo”, apunta la experta. Tu doctor será quien mejor valore en qué punto está tu lesión y si debes hacer reposo o no, así como tomar fármacos analgésicos y/o antiinflamatorios.
El método PRICE es eficaz: protección, reposo, hielo, compresión, elevación
- Cuando la fase aguda ha pasado, se recomienda realizar un programa de rehabilitación que combine herramientas para mejorar el dolor (ultrasonidos, electroestimulación, punción seca…) con un programa de ejercicios específico, nos explica la doctora Ramón.
Cómo conseguir una recuperación más rápida
Los estiramientos ayudan a que la sangre llegue mejor tanto a los músculos como a los tendones afectados. Y con ella llegan también el oxígeno y los nutrientes necesarios para una correcta reparación de los tejidos.
Lo ideal es que sea tu fisioterapeuta o médico rehabilitador el que indique qué ejercicios y con qué frecuencia e intensidad debes llevarlos a cabo, aunque los siguientes suelen utilizarse bastante.
- Para trabajar los tendones y músculos extensores, estira el brazo y dobla la palma de la mano hacia dentro, ayudándote con la otra mano, hasta que notes tirantez (pero no dolor). Mantén unos segundos, descansa y repite entre 5 y 10 veces (las que te indique el fisioterapeuta).
- Repite el mismo ejercicio pero ahora estirando el brazo con la palma hacia arriba.
Cuando el dolor se haya reducido, se pueden introducir progresivamente otro tipo de ejercicios con el objetivo de fortalecer tanto los músculos como el tendón: para llevarlos a cabo pueden utilizarse bandas elásticas o mancuernas de poco peso.
Otros tratamientos cuando falla la rehabilitación
Afortunadamente con un programa de rehabilitación adecuado los síntomas del codo de tenista suelen remitir.
Pero si esto no ocurre existen otras formas de para tratar la lesión, como las infiltraciones de corticoides (una sustancia de efecto antiinflamatorio) o incluso la cirugía.
Entre un 85 y un 95% de los casos mejoran sin necesidad de operarse
La doctora Ramón apunta otra posible vía de tratamiento, la terapia por ondas de choque.
Consiste en enviar potentes ondas acústicas a la zona mediante un aparato especial. Esta técnica “alivia el dolor y mejora la movilidad, función y calidad de vida del paciente, y las publicaciones científicas han demostrado que es una alternativa no invasiva a las infiltraciones y la cirugía”, puntualiza la experta.
Otro de los avances en el tratamiento de esta lesión es el uso de plasma rico en plaquetas (PRP).
Esta sustancia se obtiene de la propia sangre del paciente, y es muy rica en lo que se conoce como factores de crecimiento, que favorecen la regeneración de los tejidos. Según un estudio llevado a cabo en Reino Unido, esta técnica es muy eficaz para disminuir los síntomas del codo de tenista y ha demostrado, también, que la necesidad de cirugía se reduce en muchos casos.