La eficacia de las terapias asistidas con animales se ha comprobado en numerosos trastornos (depresión, autismo, TDAH...). Tal vez lo que más se conoce son los beneficios psicológicos y emocionales que aporta relacionarnos con ellos, pero a nivel físico también podemos salir beneficiados.
Esto es especialmente útil en los pacientes con una pérdida de masa muscular importante. Las causas de que esto ocurra pueden ser diversas pero, sin duda, pasar semanas encamado o ingresado en una UCI (algo que, lamentablemente, ha sido más frecuente de lo habitual debido a la pandemia) lo favorece.
Es lo que se conoce como pacientes frágiles, que además de debilidad en las extremidades y deficiencias musculoesqueléticas pueden presentar, como explica la doctora Ana Lozano, jefa médica de la Unidad de Fragilidad del Hospital Universitari Sagrat Cor, falta de aire al caminar o dificultad para respirar profundamente, y también algunos síntomas cognitivos, aunque mínimos, puntualiza la experta.
Así ayuda la terapia con perros
Con el objetivo de mejorar la autonomía de estos pacientes frágiles, el Hospital Universitari Sagrat Cor y la Fundación Affinity han puesto en marcha recientemente el programa "Juntos + fuertes".
- "Nuestro trabajo está orientado a que los pacientes vuelvan a casa con la autonomía que tenían antes de ingresar", remarca Montse Cantero, responsable de la Unidad de Fragilidad del hospital.
- Para esta experta, "la intervención con perros de terapia aporta beneficios fisiológicos, motrices, cognitivos y emocionales que son fundamentales en su recuperación".
Una postura que también defiende Maribel Vila, responsable de terapias de la Fundación Affinity. Aunque, para ella, el punto fuerte de este programa es la parte física.
"Es un programa muy enfocado a la parte física, aunque también tiene beneficios emocionales"
- "Creamos dinámicas en las que el paciente debe permanecer de pie, mantener el equilibrio o andar con el objetivo de que gane fuerza y tono muscular", nos cuenta.
Y lo hacen en sesiones de dos horas semanales en las que tanto los pacientes como los perros de terapia van rotando.
- "Son sesiones sumamente lúdicas, que facilitan que la adherencia al tratamiento sea mayor. De hecho, los días en los que acudimos con nuestros perros a la Unidad de Fragilidad suele haber más peticiones de asistencia", remarca Maribel Vila.
- "La simple presencia de los animales hace que estas personas se sientan más arropadas y tengan más motivación para asistir y participar", añade.
Eso sí, nos aclara que es el departamento de fisioterapia de la unidad quien marca el criterio para participar o no en las sesiones. "Trabajamos las diferentes actividades de forma totalmente coordinada con los fisioterapeutas", insiste.
Algunos ejemplos de ejercicios
A partir de la interacción con los perros de terapia se trabaja la mejora de la movilidad, la estabilidad física, la fuerza en las extremidades y la reducción del riesgo de caídas.
¿Pero qué tipo de ejercicios suelen llevarse a cabo? Maribel Vila nos explica algunos de ellos.
- "Por ejemplo, podemos pedir a los pacientes que se pongan en fila, con las piernas abiertas y apoyando las manos en los hombros de la persona que está delante, y que el perro pase por el túnel que forman; o crear un circuito con conos y barras y proponer al paciente que pase primero él solo y luego con el perro".
- "Otro de los ejercicios es indicarle al perro determinadas órdenes mediante señales físicas con los brazos, levantándolos o bajándolos", añade.
El perro no solo les motiva a llevar a cabo los ejercicios, también lo hace a nivel emocional, porque el contacto del paciente con el animal contribuye a reducir la ansiedad.
- "Cuando llegan los perros se crea un ambiente especial en el hospital, más acogedor. Son una cara amable que siempre te recibe con una sonrisa", opina la responsable de terapias de la Fundación Affinity.
Perros seleccionados y entrenados
Lógicamente, no cualquier animal puede acabar convirtiéndose en un perro de terapia.
- "Hay que seleccionarlos muy bien: son perros a los que, de manera natural, les encanta el contacto social, disfrutan con el trabajo, están físicamente bien y tienen un carácter muy equilibrado y predecible", apunta Maribel Vila, que actualmente convive con 4 de ellos.
"Entrenar a un perro de terapia lleva un mínimo de 6 meses"
- Además, "deben tener una muy buena obediencia básica, que permite que el perro esté controlado en todo momento", remarca la especialista, que también explica que los perros son adiestrados en positivo, premiándolos con comida y juguetes cuando hacen lo que se les pide.