Seguro que sabes que durante el embarazo la mujer puede sufrir algunos problemas de salud asociados a este, como diabetes gestacional, hipertensión arterial, preeclampsia (hipertensión y pérdida de proteínas por la orina, que puede llegar a causar daño renal) o anemia, entre otros.
Pero lo que muchas mujeres desconocen es que la gestación también puede afectar en algunos casos a su salud ocular, produciéndoles molestias en los ojos, alteraciones de la vista y cambios de graduación.
Te contamos qué problemas pueden presentarse durante esta etapa y en qué casos es especialmente importante no descuidar las revisiones con el oftalmólogo.
Más riesgo de sufrir ojo seco
Uno de los trastornos más frecuentes durante el embarazo es la sequedad ocular, debida a los cambios hormonales que se producen durante esta etapa.
"Esta sequedad suele mantenerse también durante la lactancia, pero cede al finalizar esta etapa y al volver a tener periodos menstruales normales", nos cuenta la doctora Anniken Burés, oftalmóloga del Departamento de Retina del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO).
La sequedad ocular puede alargarse también durante la lactancia y remitir después
El llamado "ojo seco" se produce por un déficit en la secreción de lágrimas (o en algunos casos, por una mala calidad de estas). Los principales síntomas son:
- Sensación de sequedad o de tener un cuerpo extraño en el ojo.
- Picor, escozor, enrojecimiento, irritación.
- Cansancio ocular.
- Visión borrosa o fluctuante.
- Fotofobia (cuando la luz molesta más de lo habitual).
Si no se trata adecuadamente, la sequedad ocular puede llegar a producir problemas visuales e, incluso, lesiones en la córnea y la conjuntiva. Ante cualquiera de estos síntomas, es importante consultar con el oftalmólogo, quien decidirá el tratamiento (lágrimas artificiales, pomadas lubricantes...) más apropiado en cada caso e inocuo para el embarazo.
Posible aumento de la miopía
Además de la sequedad, durante el embarazo también se pueden producir variaciones en la graduación o pérdida de visión. "Las mujeres miopes pueden experimentar un aumento en su graduación, aunque no en todos los casos", advierte la doctora Burés.
Y añade que, cuando se produce un cambio en la graduación, este puede ser transitorio o no: "Es decir, algunos cambios se normalizan después del embarazo o la lactancia, pero otros se mantienen de forma definitiva tras este periodo".
- Las mujeres que presentan defectos de visión previos al embarazo (miopes, hipermétropes) tienen mayor riesgo de sufrir estas variaciones.
¿Es mejor retrasar la operación para corregirla?
Debido precisamente a estos posibles cambios en la graduación, algunos especialistas recomiendan aplazar la operación para corregir la miopía a las mujeres que están pensando en tener hijos.
Sin embargo, la doctora Burés discrepa de este criterio: "Una mujer que no está embarazada puede operarse cuando quiera, sin tener en cuenta si tendrá o no hijos más adelante, ya que no a todas las mujeres les cambia la graduación. Son una minoría las que sufren cambios drásticos en su graduación tras el embarazo".
Eso sí, recalca que, evidentemente, "durante el embarazo y la lactancia no se recomienda operar".
precaución en caso de diabetes previa
Tener diabetes es ya de por sí un factor que aumenta, en general, las probabilidades de sufrir ciertas enfermedades oculares. Por esta razón, durante el embarazo, es especialmente importante tenerlo en cuenta y tomar medidas para prevenirlas o detectarlas a tiempo.
"Las mujeres diabéticas tienen mayor riesgo de desarrollar retinopatía diabética o bien de experimentar un empeoramiento si ya tenían una retinopatía previa", expone la doctora Burés. Por eso, es fundamental que se hagan controles oftalmológicos protocolizados durante el embarazo, que en función del caso pueden ser cada tres meses.
Las revisiones oftalmológicas durante el embarazo son imprescindibles en mujeres diabéticas
La retinopatía diabética se produce cuando los vasos sanguíneos de la retina resultan dañadoscomo consecuencia de la descompensación metabólica de la diabetes y el mantenimiento de niveles altos de glucemia. Si no se controla bien, puede llegar a causar pérdida de visión.
Esta enfermedad no suele producir síntomas hasta que ya está avanzada. De ahí que sea tan importante que las personas diabéticas no descuiden las revisiones periódicas.
- No obstante, la oftalmóloga y especialista en retina destaca que conviene aclarar que "las mujeres diagnosticadas de diabetes gestacional (es decir, que sufren diabetes solo durante el embarazo, pero no son diabéticas previamente) no desarrollan retinopatía diabética".
Si tienes molestias en los ojos, consulta
Al margen de las visitas periódicas al oftalmólogo que todos deberíamos hacer, la doctora Burés nos cuenta que las mujeres embarazadas con un buen estado de salud no necesitan tomar ninguna precaución extra.
Pero si notan cualquier síntoma, como pérdida de visión, molestias, sequedad, etc., es importante que no lo dejen pasar y acudan al oftalmólogo, quien además de hacerles una revisión completa, les aconsejará si es necesario que sigan algún tratamiento.
Con tratamiento precoz se puede evitar un 90% la progresión de la retinopatía diabética
En el caso de las mujeres diabéticas (diagnosticadas previamente al embarazo), "tienen que seguir unas visitas oftalmológicas de control estipuladas por el oftalmólogo y el endocrinólogo", insiste.
Y es que en relación a la diabetes, según datos del IMO:
- Dos de cada tres pacientes diabéticos (en general, no solo mujeres) consultan demasiado tarde.
- El riesgo de ceguera es 25 veces superior a la media en las personas diabéticas que no llevan un buen control metabólico de la glucosa.
- Y la progresión de la retinopatía diabética es evitable en un 90% con tratamiento precoz.