Está demostrado que el descenso de hormonas sexuales femeninas altera el metabolismo de la mujer y provoca algunos cambios.
A los 50 años, el riesgo de enfermedades cardiometabólicas en las mujeres aumenta más rápidamente que en los hombres.
Un estudio de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia ha descubierto al detalle cómo el descenso de hormonas sexuales femeninas altera el metabolismo de la mujer y provoca cambios en el perfil de metabolitos sanguíneos que pueden elevar el colesterol, el peso o el riesgo de diabetes o de infarto. Los metabolitos son sustancias que se generan tanto por procesos internos del organismo como por la dieta u otros agentes externos.
Qué ocurre en la menopausia
La mujer nace con una reserva ovárica concreta, es decir, con un número de ovocitos determinados. Cuando llega la etapa fértil, estas células se dividen cada mes para producir unos 20 folículos ováricos. Solo uno o dos llega a ser un óvulo maduro apto para la fecundación y, en esas dos semanas de maduración hasta el momento de la ovulación, van liberando estrógenos.
Pero el número de ovocitos es finito y cuando llega la menopausia se agota, la producción de folículos ováricos se detiene y, con ella, la de estrógenos.
Paralelamente al descenso de estas hormonas sexuales, aumenta el riesgo de enfermedades cardiometabólicas en las mujeres. Sin embargo, es difícil demostrar si este aumento se debe al envejecimiento o al cambio hormonal de la menopausia.
Menopausia y riesgo cardiovascular
El riesgo de enfermedad cardiovascular se puede estudiar fácilmente midiendo los niveles de metabolitos en la sangre: el perfil general de metabolitos proporciona una fotografía clara del estado metabólico de la persona.
El descenso de hormonas sexuales también se puede ver fácilmente en análisis de sangre.
Con todos estos datos, los investigadores han podido determinar por primera vez qué cambios en el perfil de metabolitos están relacionados con el cambio hormonal menopáusico. Y observaron que la mayoría de los cambios era negativos y eran indicativos de riesgo elevado de enfermedad cardiometabólica.
Más colesterol malo
Durante la menopausia, aumentaron los niveles de apolipoproteína B (es la proteína principal del colesterol LDL o colesterol malo) que circulaban en la sangre.
También aumentaron los niveles de lípidos transportados por las lipoproteínas, sobre todo triglicéridos transportados por las partículas VLDL y los colesteroles transportados por las partículas LDL. Se sabe que las partículas VLDL y LDL causan ateriosclerosis.
Menos colesterol bueno
Recordemos que las partículas de colesterol HDL (colesterol bueno) se distinguen de las partículas de VLDL y LDL porque el HDL transporta el exceso de colesterol de la sangre hasta el hígado para su descomposición.
Las partículas de HDL difieren en tamaño. En las mujeres estudiadas, la cantidad de partículas pequeñas de HDL aumentó durante la menopausia, mientras que la cantidad de partículas grandes de HDL permaneció igual.
Para facilitar su comprensión, imaginemos que el colesterol bueno (HDL) es como el camión de la basura. Cada partícula de HDL va recogiendo colesterol de los órganos y tejidos del cuerpo para llevarlo hasta el hígado. Al principio las partículas son pequeñas pero cuanto más colesterol absorben, mayores son. Por tanto, es más saludable tener un porcentaje alto de partículas HDL grandes, cosa que no ocurre en la menopausia.
"Hemos observado previamente que los niveles de colesterol HDL aumentan durante la menopausia. Sin embargo, el aumento de los niveles de colesterol HDL no parece proteger a las mujeres de las enfermedades cardiovasculares. Nuestros análisis actuales, más completos, muestran que la distribución del tamaño y el contenido de las partículas de HDL cambian en una dirección adversa", explica el profesor Eija Laakkonen.
Así pues, puede que aumente el HDL en la menopausia, pero son partículas pequeñas que han recogido poco colesterol.
Más riesgo de diabetes tipo 2
Los investigadores no solo han observado cambios en el perfil de lípidos en mujeres menopáusicas. También han encontrado alteraciones en otros metabolitos relacionados con el metabolismo energético y la salud metabólica:
- Los niveles de cetonas (sustancias que el cuerpo produce cuando las células no reciben suficiente glucosa) disminuyeron y los de glicerol (componente de las grasas) aumentaron durante la menopausia.
- De los niveles de aminoácidos, la glutamina disminuyó mientras que la leucina aumentó.
- Además, el perfil de ácidos grasos en sangre cambió pasando de insaturados (grasas buenas) a saturados (grasas más dañinas).
"Según estudios anteriores, estos cambios pueden relacionarse con un empeoramiento de la sensibilidad a la insulina, lo que puede predisponer a las mujeres a sufrir diabetes tipo 2", asegura el investigador Jari Karppinen. Estos cambios también predisponen al aumento de peso.
No todo es negativo
Un hallazgo positivo del estudio fue que durante la menopausia no aumentó la inflamación de bajo grado.
"La inflamación de bajo grado se desarrolla especialmente con los hábitos de vida poco saludables y la obesidad, lo que aumenta el riesgo de varias enfermedades crónicas. Sin embargo, nuestro estudio sugiere que el cambio hormonal de la menopausia no tiene un efecto directo sobre el aumento de la inflamación", continúa Karppinen.
El efecto protector de la terapia de reemplazo hormonal
Que el descenso de hormonas sexuales femeninas tiene un efecto directo sobre el metabolismo se vio aún más respaldado al comprobar que las mujeres que tomaban terapia de reemplazo hormonal tenían unos niveles más bajos de colesterol LDL (malo) y más altos de HDL (bueno).
"El cambio hormonal de la menopausia acelera los procesos metabólicos que predisponen a las mujeres a las enfermedades cardiometabólicas. Dado que a las mujeres generalmente les queda un tercio de sus vidas después de la menopausia, las animamos a llevar hábitos de vida saludables que puedan contrarrestar los efectos dañinos de esos cambios", concluye Karppinen.