Las causas que provocan dolor vaginal durante la penetración tras la menopausia tienen solución.
Se estima que hasta un 80% de las mujeres posmenopáusicas sufren dolor vaginal durante las relaciones sexuales (dispareunia) de forma más o menos intensa, sin embargo a menudo esta condición no se trata como es debido o se pasa por alto a pesar de que existen soluciones efectivas que reducirían las molestias y permitirían disfrutar de una vida sexual satisfactoria pasados los 50.
Habitualmente el sexo doloroso tras la menopausia se achaca a la sequedad vaginal que se produce debido al descenso de estrógenos, pero pueden haber muchas otras causas. "Las mujeres posmenopáusicas no deberían aceptar el sexo doloroso como algo normal. Muchas mujeres prueban lubricantes de venta libre pero siguen sintiendo dolor. Ellas, y a veces los médicos que las tratan, no saben que existen otros tratamientos más efectivos", asegura la Dra. Lauren Streicher, profesora de obstetricia y ginecología Northwestern University.
Un equipo de investigadores liderado por la Dra. Streicher se ha propuesto arrojar luz sobre el asunto y ha realizado la revisión de estudios más completa sobre el tema para analizar todas las posibles causas, más allá de la sequedad vaginal, que pueden provocar dolor durante la penetración en las mujeres pasados los 50 y ofrecer una hoja de ruta que permita a los médicos evaluar mejor a las mujeres y tratar una afección que demasiadas veces se pasa por alto. Los resultados del estudio se han publicado en Menopause: The Journal of The North American Menopause Society.
Por qué duele más la penetración pasada la menopausia
Las principales causas de dolor vaginal durante la penetración tras la menopausia son las siguientes según este estudio:
- Sequedad vaginal. Es la principal causa de dolor vaginal tras la menopausia aunque pueden haber otras. Entre sus muchas funciones, los estrógenos lubrican la vagina y al caer en picado porque los ovarios cesan su actividad aparece la sequedad vaginal.
- Afecciones vulvares que adelgazan y atrofian la piel de la vulva y la vagina.
- Debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico debido a los embarazos, los partos, el estreñimiento.
- Prolapso de alguno de los órganos pélvicos.
- Infecciones de transmisión sexual. ITS tan comunes como la clamidia provocan dolor durante las relaciones.
- Problemas derivados de la histerectomía (extirpación del útero).
- Tratamientos contra el cáncer. La quimioterapia o la radioterapia pueden provocar mucha sequedad en las mucosas.
Mucha vida sexual pasados los 50
"La sexualidad en las mujeres mayores de 50 años está marginada y la atención ginecológica no se prioriza, valora ni recomienda", señala sin tapujos Streicher. Pero pasada esta edad puede quedar mucha vida sexual por delante. "Un 30% de las mujeres mayores de 50 son solteras y potencialmente pueden tener una nueva pareja sexual", añade.
¿Por qué, a pesar de los tratamientos disponibles, el sexo doloroso pasados los 50 es un problema que no se aborda como es debido?
La especialista señala varias razones: pasados los 50 muchas mujeres reducen las visitas al ginecólogo; las mujeres tampoco suelen consultar con su médico de atención primaria sobre el dolor vaginal durante las relaciones y cuando lo hacen "la mayoría de los médicos de familia no están capacitados para evaluar y tratar la dispareunia". Por último, salud sexual no forma parte de las prioridades de la mujer en comparación con otros aspectos de la salud.
Cómo tratar el problema del sexo doloroso en consulta
La especialista explica los pasos que debe seguir el médico en consulta para abordar el tema del sexo doloroso en consulta. Lo primero es realizar un cuestionario completo a la paciente para que aporte todos los detalles sobre su caso. A partir de ahí hay que realizar un examen físico que puede incluir distintas pruebas para encontrar la causas de la dispareunia y tratarla: pH vaginal, dilatadores vaginales, ecografías, biopsia vulvar, vulvoscopia, detección de enfermedades de transmisión sexual o prueba de vaginitis.
En cuanto a los tratamientos, el abanico es muy amplio: lubricantes de silicona, humectantes, estrógeno vaginal, medicamentos como el ospemifeno y la dehidroepiandrosterona que actúan sobre la mucosa vaginal, terapia local con testosterona, cannabidiol y tratamientos con láser de CO2 fraccionado que dan buenos resultados en caso de atrofia vaginal, apunta la experta.
En algunos casos puede ser necesario el trabajo de fisioterapia para fortalecer el suelo pélvico, recuerda Streicher. Son muchos los tratamientos que existen en función del origen del dolor vaginal, pero lo que sí está claro es que el sexo después de la menopausia no tiene por qué doler.