Algunas personas son especialmente sensibles al frío y notan que les duelen más los huesos, una cicatriz y están más irritables.
Hay personas que son especialmente sensibles al frío y les duelen más las articulaciones, una antigua fractura o cicatriz, están más irritables o sufren más migrañas cuando bajan las temperaturas. Son personas meteosensibles, más susceptibles a los cambios meteorológicos, en especial al frío, y se estima que son un 30% de la población.
La razón de esta sensibilidad, que tienen sobre todo las mujeres y conservan los animales (por ejemplo, huyeron a tiempo del tsunami de 2004), podría ser la de anticiparse para protegerse y proteger a los bebés.
Cómo afecta el frío a las articulaciones
Desde hace unos años los científicos parecen avalar la creencia popular de que si duelen las articulaciones es porque va a llover. Un estudio que elaboró en 2012 el Instituto Poal de Reumatología de Barcelona, publicado en Proceedings of the Western Pharmacology Society, confirmó que las variaciones de presión atmosférica y de temperatura afectan a las personas con algunos trastornos articulares.
Artrosis y presión: Concretamente, se encontró que los pacientes con artrosis sentían más dolor cuando bajaba la presión atmosférica (por ejemplo, unos días antes de que lloviera).
Artritis y frío: Los que tenían artritis reumatoide acusaban más la bajada de temperaturas.
Todavía no se conoce con certeza el mecanismo por el que esto ocurre, pero tiene que ver con la percepción del dolor y no con el agravamiento de la enfermedad.
Si va a hacer frío, aplica calor en la zona y realiza un ejercicio suave, como caminar o nadar, para desentumecer las articulaciones.
cómo afecta el frío al corazón
¿Sabías que, cuando se da un cambio atmosférico, aumentan las consultas en los hospitales debidas a trastornos cardiovasculares?
El corazón tiene que trabajar más para conservar la temperatura y empujar la sangre
Queda mucho por estudiar, pero una teoría sostiene que el frío exige al cuerpo un esfuerzo para mantener su interior a 37,5º, lo que provoca una constricción de los vasos sanguíneos para que la sangre se concentre y caliente la zona central del cuerpo donde se encuentran los órganos vitales.
El esfuerzo puede resultar excesivo para un corazón debilitado por una enfermedad o por la edad y dar lugar a anginas de pecho e infartos al salir a la calle.
¿Y la presión? Otras teorías apuntan a que un alto porcentaje de las enfermedades cardiovasculares se dan coincidiendo con fuertes variaciones de presión atmosférica.
Si tienes problemas cardiovasculares, sigue con atención los partes meteorológicos y consulta el tiempo antes de salir de casa: así podrás abrigarte de forma adecuada.
El frío empeora el dolor de cabeza
Antes de que llegue un frente frío con lluvia aumentan en la atmósfera los iones positivos. Este hecho altera el funcionamiento eléctrico del cerebro en ciertas personas e incrementa la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo, pero también con los ataques de migraña.
El aumento de iones positivos en el aire podría estar detrás
Es lo que explicaría que a algunas personas les duela la cabeza incluso un día antes de que llegue la lluvia. En general, cuando el aire tiene una carga excesiva de iones positivos, ejerce un efecto perturbador.
Fíjate si tus dolores de cabeza se producen cuando se dan condiciones meteorológicas específicas y, en ese caso, si es posible evítalas. Por ejemplo, quédate en casa en un día muy frío o con mucho viento si asocias estos factores a tus cefaleas.
El frío y el viento alteran el humor
Este tipo de viento, que suele preceder a la lluvia, puede acentuar los trastornos depresivos, la ansiedad, la irritabilidad, las jaquecas y la agresividad.“Se ha comprobado que un día antes de que llueva, los pacientes con ansiedad notan malestar”, comparte con Saber Vivir el Dr. Antoni Bulbena, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona.
Cuestión de iones. El de poniente es un viento cálido de interior cargado de iones positivos, que nos ponen nerviosos (mientras que las brisas marinas abundan en iones negativos relajantes).
Parece ser que este viento pone en marcha el sistema vegetativo simpático del cerebro, o sea, el de ataque, de alarma. También se verían afectadas las estructuras bioquímicas que lo regulan.
Ante todo, calma. Lo mejor es no tomar grandes decisiones en esos días y recordar, si uno se nota alterado, que la situación es transitoria y acabará pasando.
Qué es la biometeorología
La biometeorología y la bioclimatología son dos campos de investigación que han crecido considerablemente en los últimos años. Conocer mejor los ambientes atmosféricos en los que vivimos nos permitirá anticiparnos a los cambios.
"Uno de los objetivos de la biometeorología es ofrecer un sistema de alertas a las personas que sufren dolencias de tipo respiratorio o cardiovascular, que les avise cada vez que se vayan a producir ciertas condiciones atmosféricas que suelen afectarles de forma negativa. Por otra parte, los servicios de Urgencias y centros de salud podrían usarlo también para avisar a sus pacientes y para adelantarse a un incremento de afectados e ingresos con estas patologías", explica Alberto Martí Ezpeleta, miembro del Departamento de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela.