Usar ciertos productos de limpieza puede ser tan perjudicial para la salud como fumar veinte cigarrillos al día.
No somos conscientes de que, en nuestra casa, podemos estar rodeados de tóxicos que, en dosis bajas pero a largo plazo, pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Intentar minimizarlos al máximo es la manera de evitar que nos afecten y hacer de nuestro hogar un entorno mucho más saludable.
Buen ejemplo de ello es la principal conclusión de un estudio de la Universidad de Bergen, en Noruega: usar ciertos productos de limpieza puede ser tan perjudicial para la salud como fumar veinte cigarrillos al día.
"Limpiamos la casa de microorganismos llenándola de sustancias químicas que respiramos y que comprometen la salud de las personas más sensibles, como los niños o quienes tienen problemas respiratorios", advierte Elisabet Silvestre, doctora en biología, especialista en biohabitabilidad y autora del manual "Vivir sin tóxicos" (RBA Libros).
Esto puede traducirse en cefaleas frecuentes, trastornos del sueño o problemas respiratorios, entre otros problemas de salud.
Los siguientes consejos te ayudarán a identificar y reducir estos compuestos tóxicos de tu hogar.
Quita el polvo... y elimina sus sustancias tóxicas
Muchos de los compuestos que emanan de los productos de limpieza, cosméticos, materiales de construcción, tapicerías, incluso juguetes (conocidos como compuestos orgánicos volátiles o COV), acaban formando parte del polvo. Así lo indican diferentes estudios como el realizado en la Universidad de George Washington (EE. UU.).
Por ello, se le denomina “polvo tóxico”: por todas las sustancias nocivas que puede contener, decenas de productos químicos tóxicos con potencial cancerígeno.
Pasar una bayeta húmeda de forma habitual es la mejor opción para mantenerlo a raya y cuidar la salud de las personas más sensibles. Y, a la hora de aspirar, opta por aspiradoras con filtro HEPA.
Elige productos de limpieza más naturales
Lavavajillas, friegasuelos, jabón líquido o desengrasantes ecológicos (debe indicar que lo son claramente en su etiqueta) no contienen productos tóxicos.
Evita los limpiadores que se apliquen con pulverizador
Los diferenciarás porque, además del sello ecológico, sus envases no incluyen etiquetas que adviertan de “precaución”, “peligro” o “producto tóxico”.
Otra opción es usar productos naturales, como el vinagre, el limón, el bicarbonato y el agua oxigenada.
Llena tu hogar de plantas de interior
Los ambientadores del hogar también llevan sustancias químicas sintéticas que pueden enfermarte. Por eso, para purificar el ambiente es mejor que uses plantas que lo hacen de forma natural, como filodendros, azaleas, potos, hiedras o espatifilos.
Puedes colocar una o dos plantas por cada diez metros cuadrados, cerca de las ventanas.
Ventila a diario y renueva el aire que respiras
Un estudio de la Universidad de Colorado (EE. UU.) ha encontrado que cerca de la mitad de los compuestos orgánicos volátiles presentes en el aire no provienen de vehículos sino de productos químicos habituales en el hogar (limpiadores, desodorantes, lacas de pelo…).
Además de utilizarlos lo menos posible, ventilar tu casa al menos 20 minutos al día te ayudará renovar el aire.
Combate el moho y la humedad en casa
Las humedades en el hogar favorecen la aparición de moho y aumentan el riesgo de alergias, rinitis e infecciones cutáneas y empeoran trastornos como el asma o la migraña. Por eso hay que también tener cuidado con ellas.
Para evitarlas se han de poner estas medidas higiénicas:
- Supervisa los electrodomésticos. Especialmente aquellos que trabajan a temperaturas más altas y en ambientes húmedos, como lavadoras, lavavajillas o cafeteras, ya que son un nicho potencial para el desarrollo de hongos.
Las esporas de moho afectan directamente a la salud de quien vive en la casa
- Deshazte de todo aquello que esté muy dañado por el moho: cortinas de baño, alfombras de la bañera... Si está muy extendido es muy complicado eliminar completamente las esporas.
- No seques la ropa en el interior, las prendas mojadas son fuente de generación de vapor de agua. Abrir las ventanas y ventilar es un buen remedio.
- Pasa un papel o un trapo para secar las superficies que se quedan húmedas en baños y cocinas. Y usa vinagre y agua oxigenada para eliminarlo.
Cualquiera de estos factores que te hemos enumerado afecta más o menos según el tiempo de exposición, la dosis y también la tolerancia de cada persona. Pero, como recuerda Elisabet Silvestre, no lo dejes pasar porque "el efecto no siempre es inmediato y a menudo las consecuencias llegan muchos años después de la exposición".
Elige bien la pintura de las paredes
Si estás pensando en pintar las paredes de tu casa, antes de comprar la pintura fíjate bien en su composición. Hay algunas más tóxicas que otras, porque contienen un gran número de compuestos orgánicos volátiles, como el formaldehído.
Por fortuna, la oferta en pinturas ecológicas o con bajas emisiones de COV es cada vez mayor. Los sellos TÜV SÜD, Natureplus y A+ garantizan que son productos bajos en ellos.
Si no los usas, desenchufa los aparatos electrónicos
Hay que minimizar una exposición habitual y prolongada a los campos eléctricos y electromagnéticos, que puede acabar descompensando el equilibrio biológico de nuestro cuerpo y hacer mella en la salud, provocando migrañas o problemas de sueño. Algunas medidas de precaución son:
- Por la noche, desconecta de la corriente televisores, ordenadores, wifi y móviles para liberar el ambiente de estos campos, sobre todo en el dormitorio. Conectar todos los equipos eléctricos en la habitación a una regleta con interruptor puede ponértelo más fácil a la hora de desconectarlos de la corriente antes de irte a dormir.
El teléfono, sobre todo si lo estás cargando, debe estar lejos de la cama
- Presta atención también a los electrodomésticos al otro lado de la pared de la cabecera de la cama. El transformador de un equipo electrónico o de una nevera pueden afectar.
Lógicamente, no vivimos aislados. También pueden afectarnos los wifis de los vecinos. "En ese caso, hay pinturas y cortinas especiales que sirven de pantalla", aclara Elisabet Silvestre.
Utiliza ollas y sartenes sin teflón
El teflón, que se usa para que lo que cocinamos no se pegue a las ollas, las cazuelas o las sartenes, contiene compuestos tóxicos perjudiciales para nuestra salud (conocidos como disruptores endocrinos) que pueden pasar a la comida si los utensilios están rallados o desgastados.
Para evitarlo, compra menaje de cocina que no tengan ni PFOS ni PFOAS (la etiqueta del producto debe indicarlo). El acero inoxidable, la cerámica y la piedra son materiales más seguros.