Las alergias y las intolerancias alimentarias son patologías que pueden compartir síntomas pero son distintas.
Cuando algún alimento acostumbra a sentarnos mal, ya sea porque provoca síntomas digestivos o alteraciones en la piel, la tendencia es decir que nos produce alergia. Pero no siempre que lo que comemos nos sienta mal es porque sufrimos una alergia alimentaria, también podría tratarse de una intolerancia.
Actualmente, más de dos millones de personas sufren alguna alergia alimentaria. Los casos han ido en aumento en las últimas décadas, en especial entre niños y jóvenes. Respecto a las intolerancias alimentarias, se estima que 1 de cada 3 personas sufre síntomas compatibles con esta alteración.
Las alergias y las intolerancias alimentarias son patologías que pueden compartir síntomas pero son completamente distintas y el tratamiento tampoco es el mismo. La dietista nutricionista Estrella Rubio nos explica las diferencias.
Qué es alergia alimentaria
La alergia alimentaria se produce cuando el organismo entra en contacto con una sustancia (alérgeno) que el sistema inmunitario identifica como una amenaza. Para hacer frente a ello produce anticuerpos IgE que desencadenan toda la cascada de síntomas cuando consumes ese alérgeno.
Qué es la intolerancia alimentaria
La intolerancia alimentaria aparece cuando el organismo no es capaz de digerir correctamente un compuesto de un alimento, lo que provoca una reacción clínicamente anómala.
Cuál es la diferencia entre alergia e intolerancia alimentaria
Las primera diferencia básica entre ambos trastornos es que en la alergia interviene el sistema inmunitario. De hecho es una reacción exagerada de tu sistema inmunitario ante una sustancia concreta que en otras personas no produce ninguna reacción. Se trata de una reacción de hipersensibilidad. La intolerancia se produce por mecanismos metabólicos como la fenilcetonuria (no se procesan las proteínas), enzimáticos (intolerancia a la lactosa o la fructosa) o farmacológicos (reacciones a la histamina).
La segunda diferencia básica es que la intolerancia es dosis dependiente. "Puedes ser intolerante a la lactosa pero tolerar cierta dosis", señala la dietista-nutricionista. Esto no ocurre con la alergia, en la que debe eliminarse por completo el alérgeno.
Qué síntomas provocan la alergia y la intolerancia alimentaria
Las alergias y las intolerancias alimentarias pueden compartir síntomas digestivos, por eso suelen confundirse. Pero hay señales que son más propias de un trastorno u otro y ayudan a distinguirlos:
En las intolerancias alimentarias:
- Predominan los problemas digestivos como náuseas, diarreas, dolor abdominal, estreñimiento o gases.
- También pueden provocar síntomas extradigestivos como piel atópica, rinitis, migraña.
En las alergias alimentarias:
- Predominan los síntomas dermatológicos más intensos: picor, rojeces, ronchas, erupciones.
- Inflamación de los labios y la boca.
- Afectación del canal auditivo.
- También puede haber diarrea, vómitos o dolor estomacal.
- En casos graves pueden provocar problemas respiratorios y shock anafiláctico que puede causar la muerte si no se trata.
Los síntomas de la alergia pueden aparecer inmediatamente después de ingerir el alimento o unas horas después. Por tanto, es fácil identificar que la causa es un alimento concreto.
En el caso de la intolerancia, como el afectado puede tolerar ciertas dosis sin notar síntomas, el diagnóstico es más difícil porque básicamente se tarda más en identificar el problema y acudir al médico ya que se achaca sencillamente a que algo nos sienta mal.
De hecho en la intolerancia hay un efecto acumulativo, por tanto la persona puede no tener síntomas hasta que no lleve ya una gran cantidad de alimento consumido.
Cuáles son la alergias e intolerancias más habituales
La intolerancia alimentaria más prevalente es la intolerancia a la lactosa que afecta a un 34% de la población. Otras habituales son la intolerancia a la frutosa, a la histamina o la fenilcetonuria.
Respecto a las alergias, se puede ser alérgico a cualquier alimento. Si nos fijamos en las "trazas" habituales que aparecen en la etiqueta de los alimentos, podemos hacernos una idea de los alérgenos más habituales.
Así pues, son comunes las alergia al pescado, a los frutos secos, a las semillas, a la proteína de la leche de vaca (no hay que confundirlo con la intolerancia a la lactosa que es el azúcar de la leche), a frutas...
Qué pruebas se realizan para detectar la alergia alimentaria
Si sospechas que puedes sufrir una alergia o una intolerancia alimentaria, debes acudir enseguida al médico.
En el caso de la alergia, lo más habitual para detectarla es realizar las pruebas cutáneas de alergia o prick test. Se hacen sobre la piel para identificar la sustancia que puede desencadenar una reacción alérgica. Para ello se introduce en la piel una cantidad ínfima de la posible sustancia causante de la alergia.
También pueden hacerse pruebas de provocación oral en las que se ingiere el alimento pero deben hacerse en un entorno hospitalario muy controlado porque si la reacción es extrema podría provocar un shock anafiláctico.
Qué pruebas se hacen para detectar la intolerancia alimentaria
En el caso de la intolerancia se puede realizar el test de hidrógeno espirado para detectar la intolerancia a la lactosa, la fructosa o el sorbitol. El proceso consiste en beber una solución y después soplar en un dispositivo que mide y analiza la cantidad de hidrógeno que contiene el aliento del paciente. Es una prueba muy sencilla y nada invasiva.
Las intolerancias a la histamina también pueden detectarse mediante análisis que miden los niveles de histamina en sangre tras tomar determinados alimentos.
Cómo se trata la alergia alimentaria
En el caso de la alergia hay que evitar totalmente el alérgeno. Hay que tener una precaución extrema en la higiene y manipulación de los alimentos y en la contaminación cruzada.
Es muy importante que el paciente esté muy bien informado, ya no solo para no ingerir el alimento sino para evitar tener contacto con él.
Cómo se tratan las intolerancia alimentarias
En las intolerancias alimentarias, el tratamiento efectivo consiste en la reducción o exclusión el alimento.
Es posible que el paciente con intolerancia no tenga que eliminar totalmente el alimento y le baste con reducirlo. Hay que adaptar el alimento a su umbral de tolerancia hasta que desaparezcan los síntomas, y para ello es básico el asesoramiento de un experto.
¿Las intolerancias se curan?
Depende. Si se trata de una intolerancia primaria como la intolerancia a la lactosa es irreversible porque se trata de una cuestión genética.
Pero si es una intolerancia secundaria, por ejemplo una intolerancia a la fructosa debida al sobrecremiento bacteriano o al inicio de una celiaquía, sí puede revertirse cuando se trata la causa de origen, aunque no siempre se consigue.
¿Las alergias se curan?
Las alergias en la población infantil (alergia a la proteína de la leche de vaca o al huevo) pueden "curarse" cuando el niño crece porque madura el sistema inmunitario. También puede ocurrir en el caso de los adultos.
Y en el caso de alergias que no revierten con los años, se ha avanzado en inmunoterapia mediante vacunas sublinguales.