¿Cuántas veces hay que hacer caca a la semana?

Tan importante como comer es 'descomer'. Y a pesar de todo, aún causa vergüenza hablar de las veces que vamos a hacer caca. ¿Cuántas veces por semana sería lo más saludable? Hay mucho desconocimiento sobre lo que se considera una “regularidad sana”.

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Hacer caca, hacer popó, ir de vientre, descomer, plantar un pino… Hemos puesto imaginación al lenguaje para hablar de un acto tan natural y que hacemos todos como defecar. Nos cuesta hablar de ello y somos mucho más decorosos, seguramente porque el olor no acompaña, que en otros aspectos de la vida, incluso orinar.

Esto ha hecho que se creen ciertas dudas sobre lo que se considera sano. Uno de los motivos es que el margen de lo que se considera “normal” en el ritmo de defecaciones es amplio.

Con qué frecuencia se debe hacer caca

No todos necesitamos hacer caca cada día. Si eres regular y lo haces a diario, perfecto. Pero si lo haces cada dos o tres días, también es normal. La regularidad diaria es una idea errónea. Proviene del siglo XVIII, donde se daba más importancia a la frecuencia.

La frecuencia normal de las deposiciones en el adulto es de dos veces al día a tres evacuaciones por semana”, nos explicaba la doctora Blanca Rodríguez.

De todas formas, el doctor Miguel Martín cree que conviene ser regular, si entra a diario por un lado a de salir por otro. "El problema es que tenemos una disbiosis (alteración de la microbiota) endémica tan extendida por el desequilibrio nutricional y el desorden alimentario que tenemos, que consideramos normal no hacer deposiciones a diario", nos dice.

 

La frecuencia con la que va nuestro ritmo intestinal va a depender de varios factores, que pueden acelerar el proceso de digestión o retardarlo. Así que cualquier cambio en la frecuencia mientras sea dentro de este rango semanal es normal.

Si vas al baño más de tres veces al día sí se considera diarrea. Y si dura más de dos semanas se considera persistente. Si pasa una semana cuatro o cinco días sin ir al baño, puedes tener estreñimiento. Y no estás solo. Se calcula que entre el 12% y el 20% de la población española lo padece. No debes avergonzarte de ir al médico a plantear tus dudas si se producen cambios que se prolongan en el tiempo.

Qué factores influyen en el ritmo de las deposiciones

La alteración de la microbiota está en buena parte de los problemas de ritmo intestinal. Entre los factores que influyen en el cambio de la microbiota y en que vayamos más o menos al lavabo está:

  • La dieta. Hay alimentos que se digieren más rápido o que ayudan a ir antes al baño. Son populares los ciruelas contra el estreñimiento.
  • La hidratación. Es fundamental que bebamos suficientes líquidos. Si no, es normal que la digestión vaya más lenta.
  • El estrés. El intestino es uno de los órganos con más terminaciones nerviosas. Se resiente enseguida por la ansiedad o estrés. Incluso hay personas que si están fuera de ámbito, por ejemplo en un viaje, inconscientemente retienen las ganas de ir al baño.
  • La edad. Con los años se ralentiza el ritmo intestinal. Las personas mayores suelen ir menos a menudo al baño.
  • Los medicamentos. Algunos fármacos influyen, propiciando diarreas, como los antibióticos o los antidiabéticos. Otros ralentizan la digestión, como los antihistamínicos o los antidepresivos. También los suplementos nutricionales, como el hierro o el calcio, pueden afectar.
  • Las hormonas. La progesterona y el estrógeno pueden hacer que algunas mujeres tengan más ganas de ir al baño al principio de la regla.

Es más importante fijarse en las heces

Es importante hablar sobre deposiciones porque nos da pistas sobre nuestro organismo. La medicina tradicional utilizaba la observación de las heces como uno de los métodos para calibrar la salud de la persona. Una práctica que sigue siendo válida.

Por eso, más que en la frecuencia de las deposiciones, es conveniente fijarte en cómo son esas heces.

Tal como explica la doctora Rodríguez: “La composición principal de las heces es agua, siendo el resto una combinación de diferentes materiales de desecho del organismo.” Ten en cuenta que la materia fecal habitual suele ser:

  • Con forma de “S” suave.
  • De consistencia ni muy dura ni muy blanda. Si flotan puede indicar deficiencias nutricionales.
  • En una sola pieza (no en múltiples trozos). Si son bolitas de cabra pueden ser señal de estreñimiento.
  • De coloración marrón chocolate o café claro.
  • Su textura debe ser uniforme.
  • Y su olor no debería ser muy repulsivo. No es agradable, “pero si resulta insoportable hay que sospechar de infecciones intestinales, mala absorción, enfermedad celíaca e incluso de una pancreatitis”, añade la doctora.

Y recuerda que una dieta variada, rica en fibra, beber entre 1,5 y 2 litros de agua y hacer ejercicio regular (por ejemplo, caminando entre 30 y 45 minutos cada día) es fundamental para que se produzca el movimiento intestinal.