La caseína de la leche tiene propiedades antimicrobianas.
Ahora que se habla tanto de superalimentos, la leche de toda la vida es uno de ellos si nos atenemos a sus propiedades. Contiene proteínas de alta calidad biológica y es una gran fuente de calcio. El secreto reside sobre todo en la caseína, una proteína presente en la leche de todos lo mamíferos que es aún más abundante en la de vaca, donde constituye el 80% de este alimento. El yogur, el kéfir y el queso, derivados de la leche, también son ricos en caseína.
Esta proteína ha despertado el interés de los científicos en la última década, en concreto por sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes y antiinflamatorias. Las investigaciones están dando resultados: por primera vez un estudio realizado en modelos animales acaba de probar los supuestos beneficios curativos de la caseína. En concreto se ha demostrado que los vendajes infundidos con caseína pueden acelerar la cicatrización de heridas.
El poder de la caseína
La caseína es una proteína altamente nutritiva muy rica en minerales esenciales como el calcio y fósforo. Contiene los 9 aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede producir por sí mismo, como la leucina, isoleucina y valina, que son fundamentales para el desarrollo muscular.
Esta proteína se asimila de forma continua y gradual ya que al ingerirla forma una bola en el estómago que ralentiza el paso de sus aminoácidos a la sangre. Esa liberación sostenida de aminoácidos la convierte en una proteína ideal para conservar la masa muscular. Por eso la caseína se utiliza como suplemento dietético rico en proteínas.
Pero la caseína también tiene propiedades desinfectantes frente a los gérmenes. Esto llevó a pensar a un equipo de investigadores del University College London (UCL) que podría ser útil para acelerar la cicatrización de las heridas.
Acción antimicrobiana y antiinflamatoria
Los investigadores de la UCL mezclaron caseína pura con policaprolactona (PCL), un poliéster biodegradable que se utiliza habitualmente como material de vendaje.
Usaron una técnica llamada giro presurizado, que se desarrolló en UCL en 2013, para convertir esta mezcla en fibras similares a vendas a partir de las cuales crearon vendas con infusión de caseína.
Para demostrar la eficacia de las vendas con caseína, cogieron a ratas con pequeñas perforaciones cutáneas y las dividieron en tres grupos. Las heridas del primer grupo fueron tratadas con vendajes infundidos con caseína, el segundo con vendajes normales y el tercero sin vendajes.
El progreso de la cicatrización se comprobó después de 3, 7, 10 y 14 días fotografiando y midiendo las heridas, así como examinándolas al microscopio.
Pasados 14 días, los investigadores comprobaron que las cicatrices tratadas con caseína se habían reducido a un 5,2% de su tamaño original, en comparación con el 31,1% del grupo del vendaje normal y el 45,6% del grupo sin vendaje.
El análisis también confirmó que los vendajes de caseína no eran tóxicos y que los niveles de moléculas relacionadas con el sistema inmunitario eran mucho más bajos alrededor de las heridas tratadas con ellos. El sistema inmune libera sustancias inflamatorias como parte del mecanismo de curación del cuerpo, pero estas se reducen a medida que la lesión cura.
"Los materiales naturales contienen algunas propiedades maravillosas, muchas de las cuales son desconocidas. Sabíamos que la caseína tenía fama de tener beneficios curativos y nuestros resultados sugieren que existe un gran potencial para usarla en aplicaciones médicas como apósitos para heridas", ha asegurado el Dr. Jubair Ahmed, primer autor del estudio.