"No cojas frío que vas a resfriarte": seguro que alguna vez has oído esta frase o lo has aconsejado tú mismo. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Hasta qué punto las bajas temperaturas pueden hacer que nos acatarremos más?
Pasar frío no es la causa directa de que cojamos un catarro, pero sí que es cierto que padecer un resfriado es más común en la temporada de bajas temperaturas y esto sucede por varias razones.
Te explicamos por qué nos resfriamos más en las estaciones de frío.
Por qué nos resfriamos más en invierno
"Hay cierta base científica en la creencia popular de que puedes tener un catarro si coges frío", nos cuenta el doctor Rodrigo Santos Santamarta, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Aunque el experto también matiza que no es únicamente el frío el que lo facilita.
Es un conjunto de circunstancias las que hacen que ciertos virus se repliquen más fácilmente en otoño e invierno como que las personas tienden a pasar más tiempo en espacios cerrados, lo que aumenta la probabilidad de estar en contacto cercano con personas infectadas y superficies contaminadas.
Además, las bajas temperaturas y la menor humedad en el aire durante el invierno pueden contribuir a que los virus del resfriado sobrevivan más tiempo en el ambienteyse encuentrenluego más "cómodos" en el interior de nuestras mucosas (a temperaturas más altas), la vía de entrada de estos virus en nuestro organismo.
La exposición al frío extremo y la falta de luz solar también pueden debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que las personas sean más susceptibles a las infecciones virales.
Pero esto no es todo, te damos más detalles.
La temperatura de la nariz es clave
La mayoría de catarros invernales están provocados por rinovirus, adenovirus o coronavirus diferentes al de Covid-19. Son un tipo de patógenos que atacan a las vías respiratorias altas (de la nariz a la garganta), y no suelen pasar de ahí. Y la temperatura corporal tiene mucho que ver en ello.
"La nariz está a unos 33º, y a esa temperatura este tipo de virus se replican con más avidez que en otras partes del cuerpo en los que la temperatura es más alta, como puede ser el pulmón, que suele estar a 37º más o menos", nos aclara el médico de familia.
A esto hay que añadir que, con el frío, al estar la nariz tan expuesta a él, esta temperatura ya baja de por sí puede reducirse aún más.
En las fosas nasales, la termorregulación no es tan efectiva como en las partes internas del cuerpo", matiza el doctor Santos.
Y esto puede ponérselo aún más fácil a los virus estaciones que provocan gripes y resfriados, porque las bajas temperaturas facilitan que se unan mejor a las células del organismo que utilizan como huéspedes para replicarse y propagarse.
Las bajas temperaturas, además, hacen que la cubierta lipídica que tienen estos tipos de virus sea más resistente, lo que ayuda a que sobrevivan más tiempo.
El frío puede debilitar las defensas
"El sistema inmune, en general, funciona mejor a temperaturas más altas", subraya el especialista. De hecho, cuando tenemos fiebre, la temperatura corporal se eleva porque es un mecanismo imprescindible para activar a nuestros glóbulos blancos.
Y esto es otra de las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de explicar por qué, con el frío y el descenso de la temperatura corporal que puede provocar, nuestras defensas no son tan efectivas.
Con el frío Las mucosas se resecan
No solo la temperatura influye en la supervivencia y propagación de los virus, también la humedad relativa.
En invierno, la humedad en el aire es más baja, y esto favorece que la mucosa de la nariz se reseque, se debilite y pierda eficacia.
Los virus de invierno se replican más fácilmente en épocas frías
No hay que olvidar que las mucosas forman parte de nuestra primera barrera de defensa y que, tal y como nos recuerda el doctor Santos, "la nariz es, precisamente, la vía de entrada de este tipo de virus respiratorios".
en invierno Pasamos más tiempo en interiores cerrados
La Covid-19 nos ha hecho aprender, a marchas forzadas, que en espacios cerrados y poco ventilados la capacidad de propagación de los virus respiratorios es mucho mayor. Algo que comparte, también, con los que provocan los catarros y la gripe.
"En los meses de frío solemos pasar más tiempo en sitios cerrados con calefacción (que también reseca las mucosas) y poca ventilación, y en estas condiciones los virus se transmiten con más facilidad entre las personas", remarca el experto.
la mejor defensa es la prevención
Tener en cuenta todos estos factores que se unen en invierno para que haya más infecciones respiratorias es el primer paso para intentar prevenirlas.
El segundo, y más importante, es tomar medidas para ponérselo más difícil a los virus estaciones en base a ello.
"En esta época, sobre todo en interiores, y teniendo en cuenta que aún no hemos superado la pandemia, no hay que olvidar la importancia de seguir usando mascarilla si una persona está resfriada para evitar esparcir los virus–declara el miembro de la SEMG–. Un correcto lavado de manos sigue siendo, también, fundamental".
Además de estas medidas de prevención específicas, el doctor Santos aconseja reforzar las defensas con una buena alimentación y una vida activa, en la que se haga ejercicio físico habitualmente.
"Nuestro estilo de vida puede hacer mucho para activar el sistema inmune", concluye.