Cuándo el dolor deja de ser un síntoma y se convierte en enfermedad

Cuando el dolor persiste en el tiempo sin una causa clara se considera una enfermedad en sí misma, y como tal debe ser tratada. Un enfoque multidisciplinar y un plan terapéutico integral ofrece a los pacientes más opciones para controlarlo.

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dolor cronico
Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

El dolor es la segunda causa principal de consulta en Atención Primaria, y la mitad de esas consultas están relacionadas con el dolor crónico. Estas cifras dan una idea de su gran incidencia en la población y dejan claro que la Atención Primaria tiene una posición clave para abordar y tratar tanto el dolor agudo como el crónico.

  • Actualmente, el cuadro agudoque tiene un principio y un fin, como por ejemplo un esguince o un flemón– está bastante superado, pues es un proceso a corto plazo y existen muchos tratamientos analgésicos efectivos.

En cambio, la comunidad médica centra ahora sus mayores esfuerzos en el abordaje del dolor crónico.

CUANDO EL SÍNTOMA DERIVA EN ENFERMEDAD

Según datos del Ministerio de Sanidad, el 42% de las personas mayores de 65 años sufre dolor crónico. La mayoría de los afectados son mujeres y la causa principal que presentan son problemas-músculo esqueléticos, es decir, que afectan a la musculatura y a los huesos.

El dolor crónico es aquel que dura más de tres meses o se manifiesta cinco días a la semana, de forma intermitente, de modo que pasaría de ser un síntoma a una enfermedad.

Es importante destacar que cuando el problema se cronifica hay que tratar la enfermedad a largo plazo para aliviar el dolor en sí, porque la causa que pudo originarlo (un traumatismo, una infección, la artrosis u otra enfermedad...) ya ha desaparecido.

Aunque el paciente se haya curado de su patología, queda un dolor residual

¿Por qué permanece el dolor entonces? El Dr. Pedro Juan Ibor, Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo del Dolor de la SEMERGEN, explica que, "a veces, aunque la persona se haya curado de su patología previa, queda un dolor residual, debido a que su sistema analgésico resultó dañado, a menudo por un traumatismo en la zona afectada". La buena noticia es que muchas veces estos pacientes mejoran o incluso se curan gracias a los tratamientos médicos actuales.

Un doble enfoque para tratar el dolor

Resulta esencial efectuar la valoración del paciente con dolor desde el punto de vista biopsicosocial. Según el doctor Ibor, esto significa "no solo tener en cuenta el aspecto biológico de la enfermedad sino también la repercusión sobre su psicología y estado anímico y el impacto social en su entorno familiar y también laboral".

Los médicos de Atención Primaria deben ser el eje principal de una red sanitaria multidisciplinar

La mejor manera de valorar al paciente es hacerlo a partir de un doble enfoque:

  1. Un equipo multidisciplinar formado por profesionales sanitarios de distintos ámbitos (medicina, enfermería, fisioterapia, psicología, trabajo social...), coordinado por el médico de Atención Primaria, es el más adecuado para ayudar a las personas en el manejo del dolor de forma efectiva.
  2. El plan terapéutico debe ser integral e individualizado: no basta con administrar un analgésico potente. De hecho, a veces tanta farmacología no es necesaria ya que se puede recurrir a otros recursos. Por otra parte, siempre se utiliza un protocolo distinto para cada caso, dependiendo de la edad, la percepción subjetiva del dolor...

Plan de actuación sobre el dolor crónico

El dolor provoca sufrimiento en el que lo padece, pero también puede generar discapacidad personal, social, laboral... Por eso es fundamental tomar medidas cuanto antes. Muchas personas dejan de trabajar o han de limitar sus tareas cotidianas a causa del dolor, y pueden necesitar asistencia, fármacos... lo que supone un coste social elevado, de modo que la administración cada vez tiene más interés en prevenir el problema.

En algunos hospitales se han creado unidades de dolor para los casos más complejos

Una prueba es el plan de actuación sobre el dolor crónico impulsado por el Ministerio de Sanidad que algunas comunidades autónomas están desarrollando:

  • La mejora de formación de los profesionales de la salud ya está permitiendo, por ejemplo, que para hallar el fármaco adecuado no solo se tenga en cuenta la intensidad del dolor (basado en una escala analgésica establecida por la OMS) sino qué tipo de mecanismo lo provoca. En definitiva, se trata de valorar al paciente en su conjunto.
  • En algunos lugares se han abierto consultas referentes del dolor entre la Atención Primaria y la unidad del dolor hospitalaria. Sería interesante potenciarlas a corto plazo, aunque la idea es que una vez los médicos de familia mejoren su formación y tengan los materiales y herramientas necesarios para tratar adecuadamente a los pacientes con dolor, igual que controlan a la perfección a los que tienen diabetes o hipertensión, algo impensable hace unos años.

Cómo funcionan las unidades de dolor

Cada vez más hospitales españoles disponen de una sección dependiente del servicio de anestesia dedicada específicamente a valorar y tratar el dolor complejo y de más difícil manejo, mediante la utilización de técnicas específicas que precisan de profesionales con habilidades específicas.

Se usan técnicas que inhiben o anulan la transmisión de dolor al cerebro

En los casos en que los pacientes no toleren los fármacos analgésicos o no sean suficientes para calmar el dolor, se usan técnicas invasivas para controlar la transmisión del dolor al cerebro, de forma parcial, total o permanente. Algunas de ellas son:

  • Bloqueos nerviosos: bien con anestésicos locales o corticoides, se intenta limitar la transmisión nerviosa a través de una punción medular.
  • Radiofrecuencia: utiliza el calor y los campos electromagnéticos para inhibir o anular la transmisión del dolor.
  • Neuroestimuladores: se implantan en el interior del cuerpo, con el fin de modificar los impulsos nerviosos del dolor.
  • Epiduroscopia: a modo de endoscopio se introduce en la médula espinal para reparar lesiones y aplicar fármacos en la zona dañada.