Caminamos echando el cuerpo hacia delante (las mujeres lo hacen, muchas veces, por esconder el pecho), hacemos lo mismo con el cuello (quizá por las prisas), mantenemos los hombros elevados todo el tiempo cuando estamos sentados (posiblemente por estrés y tensión)... y así todo el día.
De hecho, no es de extrañar que al final de la semana nos quejemos de dolor, y las malas posturas están detrás de muchas de estas molestias.
La espalda, la más perjudicada
La columna es una de las zonas que más se resiente debido a las malas posturas.
- Identificar las malas posturas puede lograr que no empeore una desviación (escoliosis), una cifosis (espalda encorvada) o una lordosis (columna hacia atrás) lumbar.
Gracias a los tres ejercicios que te mostramos a continuación recordarás al cuerpo que debe corregir todos esos vicios posturales.