Sin duda, uno de los motivos que explican por qué gran parte de las personas que se apuntan a un gimnasio acaban dejando de ir poco tiempo después es que, cuando empiezan, lo hacen de golpe y a un ritmo alto.
- Al realizar tanto esfuerzo uno se agota muchísimo, lo que lleva inevitablemente a la frustación y al abandono.
- Para que eso no ocurra, lo ideal es intentar ganar algo de fondo e instaurar gradualmente el hábito del ejercicio, ir paso a paso.
Te proponemos un sencillo plan de "puesta a punto" de dos semanas para lograrlo. Verás que usamos elementos muy comunes en playas y piscinas (churros, tablas de corcho...), por si quieres aprovechar el final de las vacaciones para empezar a ejercitarte.
Busca tus razones para ponerte en forma
Para lograr ser constante con el ejercicio hay que buscar “motivos”.
- Pensar en lo mucho que repercute en tu buena salud y en lo bien que te sentirás te ayudará.
- Otros de tus posibles objetivos puede ser adelgazar. Cuando estés a punto de desistir imagina tu figura más estilizada. No pienses en perder mucho peso: ser realista te ayudará a tomar conciencia de que puedes lograrlo.