La tensión acumulada no solo puede afectar a la musculatura de las cervicales o de otros puntos de la espalda causando contracturas y dolor, también bloquea las costillas y provoca una sensación de presión que impide una correcta respiración.
El Dr. Sagrera-Ferrándiz, experto en terapias manuales, nos propone 3 ejercicios que ayudan en estos casos ya que abren las costillas y recuperan su flexibilidad dejando los pulmones "liberados". Solo te llevarán unos minutos pero sentirás rápidamente una gran relajación.
La postura que revela tu ansiedad
Las personas que sufren estrés o están pasando por un periodo de angustia suelen caminar con la espalda encorvada, los hombros caídos y la cabeza baja.
Esta postura "cierra" las costillas y el pecho y dificulta una respiración completa. Cambiar la postura también te ayudará a evitar las contracturas propias de la acumulación de tensiones y regulará mejor tu respiración. Camina con los hombros hacia atrás y el mentón lejos de tu pecho.