¿Te falta vitamina D? Síntomas y consecuencias de la falta de vitamina D

La vitamina D actúa como una hormona que interviene en muchos procesos del organismo, por eso su carencia puede aumentar el riesgo de muchas enfermedades. La fatiga, el bajo ánimo, el sobrepeso o los sudores excesivos en la cabeza son señales de falta de vitamina D.

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¿Te falta vitamina D? Síntomas y consecuencias de la falta de vitamina D
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Esta es la única vitamina cuya fábrica principal es el propio organismo, solo un 10% se obtiene de la dieta.

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La vitamina D no solo es fundamental para la salud de los huesos. Se comporta con una hormona y, como tal, actúa como un mensajero poniendo en marcha complejos procesos en el cuerpo.

La falta de vitamina D afecta a la salud y aumenta el riesgo de determinadas enfermedades. Se trata de la carencia nutricional más frecuente en nuestra población. Más del 60% de las españoles de entre 45 y 68 años no alcanza los niveles adecuados.

Controlar los niveles mediante analíticas y estar atento a algunos síntomas es clave para detectar a tiempo su carencia y ponerle remedio.

 

Consecuencias para la salud de la falta de vitamina D

La falta de vitamina de D aumenta el riesgo de sufrir determinadas enfermedades:

  • Osteoporosis.
  • Obesidad.
  • Hipertensión.
  • Tumores de colon, mama o próstata.
  • Trastornos autoinmunes como la esclerosis múltiple.
  • Demencia y alzhéimer.
  • Enfermedades renales.
  • Mayores niveles de estrés porque interviene en su regulación.
  • Más infecciones ya que activa el sistema inmunológico.
  • Depresión.

síntomas que indican que te puede faltar vitamina D

Con un análisis de sangre tu médico te dirá si realmente te falta esta vitamina tan importante, pero estas pistas te sirven como aviso.

  • Bajo ánimo. La serotonina –neurotransmisor del cerebro que se asocia con el estado de ánimo– aumenta con la exposición al sol. Algunos estudios relacionan la falta de exposición solar con más probabilidades de padecer depresión.
  • Sobrepeso. Como es soluble en grasa, la vitamina D se almacena con más facilidad en los tejidos grasos. En las personas obesas esto impide que sea procesada adecuadamente.
  • Fatiga y dolor de huesos. El Dr. Michael F. Holick, investigador de la Universidad de Boston (EE UU), asegura que la fatiga y el dolor de huesos pueden esconder una deficiencia de esta vitamina.
  • Sudor de cabeza. Este mismo doctor alerta de que el sudor excesivo de cabeza es uno de los signos iniciales y más clásicos de esta carencia.
  • Piel oscura. La piel más oscura necesita 10 veces más exposición al sol para producir la misma cantidad de vitamina D que una persona de piel clara por lo que puedes ser más propensa a sufrir déficit.

por qué nos falta vitamina D

Los alimentos son la principal fuente de todas las vitaminas, excepto de la vitamina D, en la que solo un 10% se obtiene gracias a la dieta. Esta es la única vitamina cuya fábrica principal es el propio organismo, pues un 90% la produce nuestro cuerpo a través de un complejo proceso que comienza en la piel, con la incidencia de la luz solar.

Sin embargo, aunque vivimos en un país con buen clima y soleado, el 50% de los españoles sufre una carencia de esta vitamina.

La razón de que la deficiencia esté tan extendida es que nos hemos habituado a vivir la mayor parte del día en espacios interiores, debido a las largas jornadas laborales en oficinas, despachos, tiendas... y porque buscamos ambientes de temperatura idónea, frescos en verano y calientes en los meses fríos.

Además, al hacernos mayores (a partir de los 50 años, aproximadamente), la piel pierde capacidad para producir vitamina D, y los riñones, que la transforman para que sea aprovechada, también trabajan con menos agilidad.

Otra de las razones de su carencia es que nos aplicamos cremas para protegernos del sol que impiden la síntesis de esta vitamina. La Comisión Europea recomienda que el sol incida en nuestra piel al menos 15 minutos al día (exponiendo la cara y manos o brazos es suficiente).

Durante el invierno, si puedes, sal a caminar por la mañana o al mediodía o aprovecha los descansos en el trabajo para salir fuera y que te dé un poco de sol. Los fines de semana, sal a la naturaleza y aumenta tu dosis de esta importante vitamina. En verano, puedes tomarlo sin crema solar a primera o última hora del día durante 30 minutos.

Algunos estudios apuntan que la exposición a algunos tóxicos podría actuar como disruptor endocrino e interferir en las funciones de esta vitahormona.