Hacer la siesta no compensa la falta de sueño nocturno

Una siesta de 30 o 60 minutos nunca podrá compensar la falta de concentración o la fatiga que puede provocar una noche insomnio. Investigadores americanos han demostrado que su efecto reparador dista mucho de ser equiparable al de dormir 8 horas.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Hacer una pequeña siesta no contribuye a recuperar el sueño perdido
iStock by Getty Images

La expresión "siesta reparadora" podría no ser tan cierta. Siempre se ha dicho que una siesta de 30 o 60 minutos podría compensar una noche de insomnio, pero parece que no es así.

Investigadores del Laboratorio de Sueño y Aprendizaje de la Universidad Estatal de Michigan quisieron saber si una siesta corta podría mitigar los déficits cognitivos de la privación del sueño.

Su estudio, publicado en la revista Sleep, ha sido uno de los primeros en medir la efectividad de las siestas cortas y han llegado a la conclusión de que no mejoran la falta de concentración o la fatiga que puede provocar una noche de insomnio.

Por tanto, una siesta no es la mejor alternativa si no has dormido bien y, por ejemplo, tienes que conducir varias horas.

Sueño de ondas lentas

El sueño de ondas lentas es la tercera de las cuatro fases del sueño. También es la más profunda y reparadora.

Se caracteriza por ondas cerebrales de alta amplitud y baja frecuencia, y es la etapa del sueño en la que tu cuerpo está más relajado:

  • Los músculos se destensan y la frecuencia cardíaca y la respiración son más lentas.

"Es la etapa más importante del sueño", señala Kimberly Fenn, autora el estudio. De hecho, cuando alguien tiene mucho sueño, de lo que tiene realmente necesidad su organismo es de sueño de ondas lentas.

Así pues, tras una noche de insomnio, es normal que nos sintamos más cansados, nos cueste concentrarnos y realicemos peor las tareas. Nos falta esa fase profunda del sueño que nos ayuda a repararnos y a estar frescos. Y eso hace que, por ejemplo, no rindamos en el trabajo o seamos un peligro al volante.

los Detalles del estudio

Los investigadores se propusieron averiguar si la siesta podía compensar los efectos cognitivos potencialmente peligrosos de la falta de sueño y para ello reclutaron a 275 participantes.

Los participantes completaron una serie de tareas cognitivas cuando llegaron por la noche al Laboratorio de Sueño y Aprendizaje de la Universidad Estatal de Michigan y luego fueron asignados al azar a tres grupos:

  • El primero fue enviado a casa para dormir.
  • El segundo se quedó en el laboratorio durante la noche e hizo siestas de 30 o 60 minutos.
  • Y al tercer grupo lo dejaron directamente sin dormir.

A la mañana siguiente, los participantes volvieron a reunirse en el laboratorio para repetir las tareas cognitivas, que medían la atención o la capacidad para completar una serie de pasos en un orden específico sin equivocarse incluso después de haber sido interrumpidos.

  • "El grupo que pasó la noche y tomó siestas cortas todavía sufría los efectos de la falta de sueño y cometi�� significativamente más errores en las tareas que los participantes que se fueron a casa y durmieron toda la noche", dijo Fenn.

Entonces, ¿las siestas no tienen ningún efecto beneficioso? Sí lo tienen en la medida que la persona entra en la tercera fase del sueño, pero no demasiado:

  • "Cada aumento de 10 minutos en la fase de ondas lentas redujo los errores después de las interrupciones en aproximadamente un 4%", aclara.
  • "Puede parecer poca cosa esta cifra, pero si nos fijamos en las consecuencias que pueden tener los errores en profesionales como los cirujanos o los conductores de camiones, un disminución de un 4% en esos errores podría potencialmente salvar vidas", concluye.

¿Siesta o noche de sueño?

De todos modos, aunque la siesta contenga fases profundas del sueño, este estudio demuestra que nunca logrará que estés igual de fresco que si hubieras dormido bien por la noche.

Podrás recuperarte un poco, pero por más que pienses que dormir una horita ha obrado un milagro en ti, nunca será equiparable a una noche de plácido descanso.

Dormir las horas suficientes, entre 7 y 8 según la persona, no solo es vital para rendir al día siguiente. Mientras duermes se reparan múltiples procesos orgánicos.

Tanto es así que se ha demostrado que las personas que duermen lo suficiente, ni muy poco ni demasiado, tienen menos riesgo de infarto e ictus. La razón es que el sueño mejoraría los niveles de inflamación y presión arterial.