Una hernia no es más que un “abultamiento” producido por la salida de un tejido o un órgano (normalmente el intestino) fuera del lugar que ocupa en el cuerpo. Y esto ocurre porque la musculatura que lo recubre se debilita o se desgarra por múltiples causas.
La más común es por levantar objetos pesados, aunque también aparecen como consecuencia del envejecimiento normal de los músculos. Hay personas que nacen con una musculatura más débil y son más propensas.
Te contamos 10 datos que te interesará saber si tienes una hernia.
Los hombres son más propensos a padecer hernias
Las hernias son casi 5 veces más frecuentes en hombres que en mujeres, especialmente a partir de los 40 años, aunque cualquiera puede sufrirlas.
La mayoría aparecen en el abdomen y, según el lugar donde se ubican, se denominan umbilicales, inguinales (las más comunes), femorales, de hiato, quirúrgicas...
las hernias No mejoran ni tampoco desaparecen
Las hernias ni mejoran con el tiempo ni llegan a desaparecen por sí solas.
Lo habitual es que crezcan y empeoren, aunque en ocasiones pueden estabilizarse y no dar problemas mayores, sobre todo si se evita hacer esfuerzos.
Las hernias son más molestas al final del día
Suele tratarse de un dolor puntual y pasajero que surge al estar mucho tiempo de pie, realizar determinados esfuerzos o adoptar posturas mantenidas. La molestia puede ir aumentando al cabo del día.
El dolor cede por la noche cuando el paciente se acuesta y la hernia se reintroduce en su cavidad. Por este motivo, el médico siempre las explora con la persona de pie y no tumbada.
Las hernias congénitas no tienen porqué dar síntomas
Hay personas que nacen con hernias y las tienen durante toda su vida sin que les den problemas.
Incluso el paciente puede no saber que tiene una hernia hasta que se lo comenta el médico como hallazgo casual en una exploración rutinaria.
En algunas ocasiones puede haber dolor o molestia en la zonae incluso un “bulto” palpable y visible.
Las hernias Según la postura, aparecen y desaparecen
Es posible introducir con el dedo la hernia en el “agujero”por el que sale o bien que lo haga ella sola según la postura que adoptemos.
No obstante, si dicho orificio no se repara con cirugía, el “bulto” vuelve a aparecer.
Solo el médico puede enseñarnos a realizar la maniobra suave de empuje de la hernia.
El estreñimiento crónico puede producir hernias
El gran esfuerzo que tienen que hacer diariamente las personas que sufren problemas para ir al baño puede aumentar la presión dentro del abdomen y originar una hernia.
La obesidad provoca este mismo efecto, así como el tabaco, que produce tos crónica y la tos, al igual que el estreñimiento, “castiga” la musculatura abdominal favoreciendo la probabilidad de que aparezcan hernias.
La dieta puede ayudar a prevenir la aparición de una hernia
Dado que el sobrepeso y el estreñimiento favorecen las hernias, si bajamos de peso y aumentamos la ingesta de fibra, bebemos líquidos y realizamos ejercicio físico para regular el tránsito intestinal ayudaremos a prevenir el problema.
Algunas hernias pueden detectarse sin pruebas médicas
La exploración física del médico puede ser suficiente para diagnosticar una hernia.
Otras veces se necesitan pruebas que las pongan de manifiesto como un TAC o una ecografía.
No todas las hernias necesitan cirugía
Es cierto que el único tratamiento permanente para las hernias es la cirugía pero no todas tienen por qué operarse, si son pequeñas y no producen síntomas es posible que el médico solo tenga que vigilarlas regularmente.
Además, aun con cirugía pueden reaparecer. No es lo habitual, pero tampoco es imposible que una hernia vuelva a aparecer tras ser operada.
una hernina Puede llegar a ser una patología urgente
Si la hernia es muy dolorosa, se acompaña de fiebre, náuseas o vómitos y su coloración cambia, hay que consultar de manera urgente con un profesional sanitario ya que la hernia puede estar estrangulada, es decir, puede haberse quedado “atascada” en el agujero por el que salía y que no le llegue sangre, poniendo en peligro nuestra salud.