La luz azul que emite el móvil puede hacer que tu cerebro se confunda y piense que aún es de día.
Los móviles se han convertido casi en una extensión de nosotros mismos. Los usamos para consultar nuestras redes sociales, ver películas o series o despertarnos por las mañanas, por mencionar algunos usos comunes.
¿Pero realmente es bueno tenerlos siempre a mano? Utilizarlos por la noche, por ejemplo, puede ponérnoslo mucho más difícil a la hora de conciliar el sueño.
La luz azul que emiten es, en buena parte, responsable de ello. Cuando estamos expuestos a las pantallas de noche, el cerebro puede confundirse y creer que es de día.
¿Qué es la luz azul y cómo nos afecta?
Las pantallas de los teléfonos móviles y otros dispositivos como el ordenador o las tablets emiten un tipo de luz visible que se encuentra dentro del espectro azul de longitudes de onda de luz, conocida com luz azul. Se trata de una luz similar a las longitudes de onda azules que están presentes en la luz solar natural.
Si bien la luz azul es natural y está presente durante el día, la exposición excesiva a fuentes artificiales de luz azul, especialmente durante la noche, puede tener ciertos efectos en la salud y los patrones de sueño. Es por ello que una de las principales preocupaciones con respecto a la luz azul es su potencial para interferir con el ciclo de sueño-vigilia.
La frecuencia de onda de este tipo de luz es especialmente eficaz a la hora de activar las células de la retina que se encargan de hacer llegar al cerebro la información de que es de día.
La exposición a la luz azul por la noche o antes de acostarse puede hacer que no segregamos suficiente melatonina (una hormona que ayuda a regular el sueño) y, en consecuencia, provocar dificultades para conciliar el sueño y alteraciones en los patrones de sueño.
Cómo reducir los riesgos asociados a la luz azul del móvil
Si crees que tus problemas para dormir se relacionan, en parte, con la exposición a la luz azul de las pantallas, los siguientes consejos pueden ayudarte a que no te afecte tanto:
- Lo ideal es que no te expongas a este tipo de dispositivos dos horas antes de irte a la cama. Aunque, siendo realistas, puede ser un objetivo difícil de cumplir para muchos.
- Si es tu caso prueba, al menos, a programar el móvil para que se ponga en modo nocturno cuando oscurece. Gracias a esta opción la luz que emite el dispositivo no es tan azul (es más sepia) y su frecuencia de onda es menos potente. Esto hace que la percepción del cerebro respecto al horario no se altere tanto.
Los filtros reducen la frecuencia de onda de la luz azul y, así, no repercute tanto en la melatonina
- Si tu móvil u ordenador no cuentan con esta opción, puedes optar por un protector ocular de pantalla. El filtro, que se superpone a la pantalla original, actúa reduciendo la intensidad de la luz azul y la hace más tenue y crema.
Otra de las posibilidades, son las gafas con lentes con filtro de luz azul incorporado, que se venden con el reclamo de que pueden mejorar el rendimiento visual, proporcionar protección a la retina y favorecer la calidad del sueño. No obstante, una reciente revisión de 17 estudios clínicos llevada a cabo por investigadores del Departamento de Optometría de la Universidad de Melbourne (Australia) ha analizado su eficacia y concluye que es posible que no reduzcan la fatiga visual a corto plazo asociada al trabajo con un ordenador, en comparación con las lentes sin filtro de luz azul, y que no hay evidencia de que mejoren la agudeza visual y el sueño.
Beneficios de evitar la luz azul de las pantallas
Las ventajas de no exponerse a este tipo de luz horas antes de acostarse no se centran, únicamente, en el hecho de que conciliar el sueño puede costar mucho menos.
La melatonina también puede jugar un papel importante en el correcto funcionamiento de nuestras defensas. De hecho, el efecto antiinflamatorio y antioxidante de esta hormona se ha relacionado con una posible capacidad para prevenir y combatir infecciones como la covid.
Por otro lado, la luz azul de las pantallas puede acabar fatigando los ojos cuando pasamos mucho tiempo frente a ellas.
- Para evitarlo, además de utilizar los filtros de los que te hemos hablado antes, es muy importante que, de vez en cuando, hagas parones y mires al horizonte.
- Descansar los ojos cerrándolos unos segundos te ayudará, también, a no sentirlos tan secos. Esta simple acción (al igual que el parpadeo) contribuye enormemente a hidratarlos.