Las personas que han nacido con bajo peso tienen más riesgo de hipertensión, ictus, diabetes y síndrome metabólico. También tienen 3 veces más probabilidades de sufrir un infarto.
En definitiva, son más propensas a sufrir problemas cardiovasculares. Es algo que ya se sabía pero hasta ahora se desconocía exactamente la causa y se atribuía a una incidencia más elevada de diabetes y obesidad.
Pero lo que en realidad ocurre es que el bajo peso al nacer provoca cambios en el corazón que se mantienen en la edad adulta.
- Un estudio coordinado por investigadores de BCNatal-IDIBAPS publicado en la revista JAMA Cardiology ha demostrado que las personas que nacieron con bajo peso presentan diferencias en la estructura y la función del corazón y tienen menos capacidad para realizar actividad física que el resto cuando son adultos.
El estudio ha sido liderado por Eduard Gratacós y Fàtima Crispi, del Servicio de Medicina Maternofetal BCNatal (Hospital Clínic y Hospital Sant Joan de Déu) y del grupo Medicina fetal y perinatal del IDIBAPS.
Cambios en el corazón
El equipo de investigación que lidera el Dr. Gratacós, director BCNatal, jefe del grupo de investigación del IDIBAPS Medicina fetal y perinatal y catedrático de la Universidad de Barcelona, fue el primero en demostrar en trabajos anteriores que una parte importante del problema es el corazón en sí mismo.
"Vimos que los corazones de niños nacidos con bajo peso presentan diferencias en la función y en la estructura, y que estas diferencias que aparecen en la vida fetal se mantenían hasta la adolescencia", señala Gratacós.
Quedaba por averiguar si los cambios en la estructura y función del corazón se mantienen en la edad adulta y eso es lo que se ha estudiado en el trabajo publicado en JAMA Cardiology.
- "Es un estudio pionero, que combina técnicas de análisis computerizada muy sofisticadas para analizar la forma del corazón con resonancia magnética con una prueba de esfuerzo", explica Marta Sitges, directora del Instituto Clínic Cardiovascular, responsable del grupo de investigación del IDIBAPS Imagen cardíaca y coautora del estudio.
Un estudio pionero
Para realizar el estudio se localizaron personas de entre 20 y 40 años que habían nacido con bajo peso y peso normal.
Para ello, se revisaron los libros de la sala de partos del Hospital de San Joan de Déu de hace 20-40 años. A partir de la fecha de nacimiento y del apellido de la madre, se logró contactar con algunos de ellos y se les propuso participar en el estudio.
Finalmente participaron 158 adultos, 81 habían nacido con bajo peso y 77 con peso normal. Se les hizo una resonancia cardíaca y una prueba de esfuerzo en bicicleta.
se cansan antes
Las pruebas realizadas entre los participantes del estudio confirmó las sospechas respecto a los cambios en el corazón:
- "La resonancia cardíaca demostró que las personas que habían nacido con bajo peso mantenían cambios en la estructura del corazón en la edad adulta. Su ventrículo derecho tenía una forma diferente", explica Fàtima Crispi, médico especialista sénior de BCNatal y coordinadora científica del grupo de investigación de Medicina Fetal y Perinatal del IDIBAPS.
- Se observó también que tenían menor capacidad para hacer ejercicio. No eran capaces de generar tanta fuerza con la bicicleta y se cansan antes.
- También se vio que los cambios en el corazón eran más marcados en población fumadora, con sobrepeso o sedentaria.
Sí pueden hacer ejercicio
De los resultados de este estudio se extrae la conclusión de que las personas que nacen con bajo peso tienen menos capacidad para hacer ejercicio.
Sin embargo "esto no quiere decir que no puedan hacer ejercicio, sino al contrario", aclara Crispi. "Simplemente, puede que no tengan tanta capacidad como el resto de la población y se cansen antes".
Es más, teniendo en cuenta que los cambios en el corazón aumentan si la persona fuma, le sobra peso y es sedentaria, es muy importante poner en práctica buenos hábitos de vida como hacer ejercicio de forma moderada y seguir una dieta equilibrada.
Mención aparte merece el tabaco. Si ya es nocivo para la población general, aún lo es más para las personas que han nacido con bajo peso porque su riesgo cardiovacular es mayor.
Buenos hábitos desde la infancia
Con la prevención adecuada, nacer con bajo peso no tiene por qué desencadenar problemas cardiovasculares de adulto.
Para Gratacós, "esta investigación demuestra de nuevo la importancia de la medicina fetal en la prevención de patologías del adulto. Si identificamos problemas de crecimiento fetal en el embarazo y promovemos hábitos saludables desde la infancia evitaremos las consecuencias que los problemas fetales pueden conllevar a la edad adulta", concluye.