No tires de la cadena con la tapa del váter abierta: la ciencia confirma los riesgos

Investigadores estadounidenses se han quedado sorprendidos de la fuerza con la que el agua salta hacia arriba cuando tiras de la cadena del váter y de la cantidad de aerosoles llenos de gérmenes que salen hacia fuera.

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Los aerosoles son gotitas minúsculas que saltan fuera del inodoro por la fuerza del choque del agua que cae con la que está en reposo.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Científicos especializados en aerosoles de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, han arrojado luz un estudio sobre qué pasa cuando tiramos de la cadena del inodoro.



Y nunca mejor dicho, porque lo que han hecho es analizar con una luz láser cómo se comportan las pequeñas gotas de agua, invisibles a simple vista, que salen disparadas cuando se descarga la cisterna, lo que se conoce como aerosoles. Para la investigación han utilizado un equipo de láseres y cámaras de rápida exposición.

Qué pasa al tirar de la cadena del váter

Hace décadas que se ha perfeccionado el sistema para que, al descargar el inodoro, los líquidos y sólidos depositados bajen. Esta investigación ha permitido medir la velocidad y la propagación del aerosol. Son gotitas minúsculas que saltan fuera por la fuerza del choque del agua que cae con la que está en reposo. Los resultados se han publicado en la revista Scientific Reports.

Los aerosoles pueden transmitir diversas enfermedades infecciosas, como la covid o la gripe”, explicaba el profesor de ingeniería ambiental John Crimaldi, primer autor de la investigación. “Al descargar el agua, los inodoros expanden patógenos presentes en las heces”.

Otros estudios habían detectado la presencia de estas partículas y que las más grandes podían aterrizar sobre las superficies circundantes. Sin embargo, poco se sabía qué pasaba exactamente con esos aerosoles.

Por qué hay que bajar la tapa del inodoro

Comprender el comportamiento de estas partículas, que pueden transportar patógenos intestinales comunes, como la bacteria E. coli o la salmonela, era importante para mitigar el riesgo, mejorando la ventilación y la limpieza de los lavabos.

Esto es especialmente significativo en los lavabos públicos, por donde puede pasar mucha gente y haber varias personas sin relación a la vez en la estancia, con lo que hay más riesgo de transmisión.

Los aerosoles van a una velocidad de dos metros por segundo y pueden quedarse flotando varios minutos

Hemos comprobado que estos aerosoles son mucho más enérgicos y de más rápida propagación de lo que se pensaba”, ha asegurado el profesor Crimaldi:

  • Las gotitas van a una velocidad de dos metros por segundo.
  • La fuerza cinética impulsa estos aerosoles hasta una altura de metro y medio.

Las gotas más grandes se depositan sobre las superficies en cuestión de segundos, pero las más pequeñas (gotitas de menos de menos de 5 micras) pueden seguir en el aire durante varios minutos. Y con ellas, los patógenos.

Por eso es importante bajar antes la tapa, que hará de escudo, igual que la mascarilla hace de escudo de los aerosoles que expulsamos al respirar.

¿Qué riesgo hay para la salud?

Esperábamos que las partículas simplemente flotaran, pero salieron como un bólido”, añadía Crimaldi. Las microgotas se dirigieron sobre todo hacia arriba y hacia la pared trasera del lavabo. No obstante el movimiento es impredecible, una vez el aerosol sube se extiende hacia adelante o en la dirección de la corriente.

En la investigación de laboratorio no se usaron heces ni papel higiénico, solo agua. Los científicos creen que en una situación real podría aumentar el aerosol.

Los investigadores no son médicos ni virólogos, sino ingenieros, por tanto no entran a valorar el riesgo real para la salud que suponen estos aerosoles. La capacidad del contagio depende del patógeno. No todos son contagiosos cuando se excretan.

La pandemia de covid ha puesto en evidencia, por ejemplo, que el coronavirus no se transmite por las superficies de un modo tan alarmante como se creía, aunque hay muchos otros virus que se contagian cuando tocamos la superficie infectada con las manos si luego nos las llevamos a la boca o a los ojos.

Cómo mejorar la higiene del baño

De ahí que sea fundamental recordar la necesidad de lavarnos las manos siempre después de haber usado el lavabo y de que haya una buena ventilación. No es raro que el lavabo ocupe un cuarto interior sin ventana y se recurra a un ventilador como único medio de airearlo.

Los autores del estudio también proponen que además de crear unas tapas lo más cerradas posibles, se analicen sus resultados para diseñar los inodoros de manera que eviten en lo posible estos aerosoles tan potentes.

"El objetivo del váter es eliminar de manera efectiva los desechos de la taza, pero también hace lo contrario, que es rociar una gran cantidad de contenido hacia arriba", recordaba Crimaldi.