La combinación de cloro y ácido úrico de la orina puede llegar a causar problemas de salud.
Cuando vas a una piscina pública, corres un riesgo muy elevado de nadar entre en la orina de otras personas. Y es que las ganas de orinar cuando entras en el agua son naturales. Se trata de una reacción fisiológica que se denomina diuresis por inmersión y se debe a que con el agua aumenta la presión arterial y los riñones se activan más. Pasa especialmente con agua fría.
Pero eso no es excusa para que dejemos a los niños mear en las piscinas o, peor aún, que lo hagan los adultos. Desgraciadamente, siempre va a haber personas egoístas e incívicas que orinen en la piscina. Un factor que en grandes cantidades podría acarrear problemas de salud.
Qué problemas provoca la orina en la piscina
Una investigación analizó qué pasaba cuando se combinaba cloro y ácido úrico. “El ácido úrico que puede haber en una piscina es debido en su casi totalidad a la orina humana”, especificaba el profesor Ernest Blatchley, de la Universidad de Purdue (Indiana, Estados Unidos), uno de los autores.
Comprobaron que de la reacción salen dos subproductos: el cloruro de cianógeno y la tricloramina.
- “El cloruro de cianógeno es una sustancia química muy tóxica”, explica este profesor. Incluso se ha usado de arma química en la guerra.
- “La exposición a la tricloramina causa irritación del sistema respiratorio, y también de los tejidos de la piel y los ojos”, añade.
Ahora bien, no hay suficiente orina o cloro en una piscina para producir daños graves. Las personas como mucho van a sufrir molestias.
Ha habido casos esporádicos de problemas de respiración después de nadar que podrían haberse debido a la mezcla de orina y cloro. No hay estudios que lo hayan confirmado.
Pero cuando salgamos de la piscina con la piel irritada o los ojos enrojecidos, debemos tener en cuenta que muy probablemente el culpable no solo es el cloro, sino esa combinación con la orina. Según la proporción de químicos se irritarán más o menos.
Qué nivel de orina hay en una piscina
Dar estadísticas sobre cuánta gente se mea en una piscina es delicado. Depende de la educación de las personas, el número de usuarios que pase, el tamaño de la piscina, entre otros factores.
El estudio estadounidense dedujo, a partir de los niveles de ácido úrico, que uno de cada cinco usuarios de piscina se orina. Es en Estados Unidos. Esperemos que aquí nos comportemos mejor. Cada uno de estos usuarios incívicos vertería entre 30 y 80 mililitros de orina.
El mear en la piscina se suele atribuir más comúnmente a los niños pequeños por tener menos aguante de sus esfínteres. Puede ser. Lo que sí es una leyenda urbana es que las piscinas infantiles estén más calientes por este motivo.
El meteorólogo Benito Fuentes hizo el divertido cálculo y vio que necesitaría miles de niños orinando para calentar el agua de modo perceptible. Habría que conseguir que más de la mitad del agua de la piscina fuera pipí. La realidad es que es el menor tamaño y la menor cantidad de agua de la piscina infantil la que hace que se caliente antes.
Cómo detectar si se ha orinado en una piscina
Para saber hasta qué punto una piscina está limpia no hay que ir buscando manchas rojas o azules, un bulo que lleva circulando años y que asegura que ponen un compuesto químico al agua para que se coloree cuando se orinan.
Unos investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) determinaron la orina del agua a partir de un edulcorante que se expulsa con la orina. Así pudieron determinar que, en las piscinas canadienses se vertían 2,5 litros de orina por semana. No es tanto. Claro que solo midieron piscinas olímpicas, y unas pocas.
Hay otra técnica sencilla. “La mayoría de piscinas se desinfectan con pastillas que hipoclorito sódico que no es otra cosa más que lejía. Eso sí, muy diluida”, ha explicado la biomédica y divulgadora de ciencia Helena González Burón.
Ese olor característico a cloro no es el olor de la lejía. Es el olor que da la lejía en combinación con sustancias nitrogenadas. ¿Y de dónde vienen esas sustancias nitrogenadas? Pues de sustancias orgánicas como el pipí, el sudor y microrganismos.
“Cuanto más olamos a cloro significa que más sustancias orgánicas tiene y que por tanto más hay que limpiarla”, concluye la biomédica.