¿Alguna vez un farmacéutico se ha negado a venderte un antibiótico sin receta? Tiene sus razones. Por ejemplo, tomarlos mal o de forma recurrente quintuplica las posibilidades de sufrir un derrame de retina y se sospecha que sus componentes podrían ser la causa de ciertos problemas renales.
La lista de problemas relacionados con el abuso o mal uso de los antibióticos no es corta.
Por qué hay que tener cuidado con los antibióticos
- Si se usan mal, se quedan sin efecto. Tomar antibióticos para todo tipo de infecciones –las producidas por virus o por hongos, cuando solo funcionan con bacterias– provoca, por un lado que no tengan efecto sobre estos problemas y, por otro, que los microorganismos causantes se hagan resistentes y aguanten los ataques de los medicamentos sin que les pase nada.
- Destruyen tus bacterias malas. Además de atacar a las bacterias responsables de las infecciones, los antibióticos tienen efectos sobre las bacterias "buenas" que se encuentran en nuestro organismo. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sugiere que la microbiota intestinal de las personas tratadas con antibióticos tiene menos capacidad para asimilar hierro y digerir ciertos alimentos. Y estos efectos, a veces, ya no son reversibles.
- Aumentan el riesgo de sufrir otros trastornos. Van desde molestias digestivas a problemas de piel (picor, irritaciones...), hongos e incluso delirios. Al destruir bacterias buenas del estómago provocan reacciones en cadena como gases, dolor estomacal o intolerancias. Y en el caso de las mujeres, lo mismo ocurre con la flora bacteriana vaginal: se altera y proliferan los hongos.
- Interactúan con otros medicamentos. Incluso cuando el médico te los recete debes informarle si tomas otros fármacos, suplementos o remedios naturales. Hay sustancias que interactúan con ellos y los antibióticos pueden hacer que otros medicamentos pierdan sus efectos o potenciarlos de forma peligrosa.
- Podría causar más obesidad infantil. Un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia) comprobó que los niños que los toman antes de los 2 años tienen más riesgo de desarrollar asma y obesidad. La causa estaría en la alteración de la flora bacteriana intestinal.
Cómo se produce la resistencia a los antibióticos
España ocupa el lugar número 13 en consumo de antibióticos (de entre 28 países de la Unión Europea), según las cifras oficiales. Y si se incluyeran los que se prescriben en la sanidad privada y los que la gente toma sin consultar, estaríamos en la tercera posición, sugieren los últimos datos del Centro Nacional de Microbiología.
Abusar de estos fármacos los deja sin efectos
Este abuso indiscriminado de antibióticos nos pone a todos en peligro porque, a la larga, provoca que dejen de funcionar. Además, pueden causar efectos secundarios negativos. Por eso desde la comunidad médica se realizan importantes campañas para concienciar de sus riesgos.
¿Por qué los antibióticos dejan de funcionar?
Las bacterias, en principio, mueren al entrar en contacto con el antibiótico. Sin embargo, ante la llegada del antibiótico, las bacterias intentan salvarse modificando su material genético para tratar de crear "escudos" ante este fármaco.
Cuando el tratamiento con antibióticos no se hace bien (sobre todo si no se termina), o se repite demasiado, alguna bacteria puede lograr hacer ese cambio y sobrevivir así al efecto del antibiótico. En ese caso, ese microorganismo se ha vuelto "resistente" al antibiótico. La bacteria logra permanecer en el organismo y, además, se reproduce y lo hace con esa "resistencia".
Las bacterias intentan sobrevivir al antibiótico haciendo una mutación
Por lo tanto, las infecciones causadas por estas bacterias resistentes ya no responden al tratamiento. En los últimos años han aumentado mucho las bacterias resistentes, pero no el descubrimiento de nuevos antibióticos eficaces.
Cómo hay que tomar bien los antibióticos
Cualquier problema de salud más leve o más grave debe ser un especialista el que decida, en función de varios parámetros, si debes tomar tratamiento y cuál es el mejor en tu caso. Si un médico considera que debes tomar antibióticos para tu alteración hay una serie de pautas que debes seguir:
- Nunca con leche. Los antibióticos no se deben tomar con leche, ya que les resta eficacia. Parece que el calcio que contiene podría interferir con algunos de sus componentes. Deja pasar 2 horas antes de tomar cualquier lácteo.
- El alcohol se debe eliminar por completo cuando se sigue cualquier tratamiento farmacológico. Con los antibióticos, además de restarles efecto pueden llegar a provocar sudoración, vómitos y dificultad respiratoria.
- Calcio y hierro son otros dos nutrientes que reducen la absorción de estos fármacos. Debes informar a tu médico si tomas suplementos de estos minerales.
- La vitamina K puede faltar en tu organismo si sigues un tratamiento largo con estos medicamentos o si los tomas con demasiada frecuencia sin control médico.