El 80% de la grasa corporal que se quema se expulsa a través de los pulmones en forma de carbono, hidrógeno y oxígeno, según un estudio del British Medical Journal.
La respiración es vital para que el oxígeno llegue a todas las células del cuerpo y, entre sus muchas funciones, ayuda a quemar las grasas y los azúcares de los alimentos para convertirlos en energía.
Según un estudio publicado en el British Medical Journal, el 80% de la grasa corporal que se quema se expulsa a través de los pulmones en forma de carbono, hidrógeno y oxígeno, los tres elementos forman las moléculas de grasa). Por ello, una buena respiración oxigena a fondo tu cuerpo, fortalece los músculos y los tejidos, y provoca una mayor combustión de calorías, incluso en estado de reposo, es decir, mientras estás durmiendo.
Por eso, a la hora de perder peso, tienes dos grandes pilares para conseguirlo: por un lado la dieta y, por otro, el ejercicio físico combinado con la respiración. Y es que obtener más oxígeno mientras realizas una práctica deportiva es una estupenda idea para acelerar la pérdida de peso.
Cuántas calorías se queman al respirar
Cuanto más oxígeno tomas, es decir, cuanto más aprovechas tu capacidad pulmonar, más aceleras el metabolismo y más calorías quemas.
No se trata de respirar con más frecuencia –lo que nos llevaría a hiperventilar y marearnos– sino de hacerlo en profundidad. Piensa que por cada litro de oxígeno que consumes, quemas 5 calorías.
Una respiración superficial con la que solo cogemos medio litro de aire en cada inspiración solo quema 2,5 calorías. En cambio, alguien que ha entrenado su capacidad pulmonar puede tomar hasta tres litros y medio y llegar a quemar 17,5 calorías.
Otro beneficio de mejorar la respiración es que ayuda a deshincharte. Un equipo de investigación del hospital Vall d’Hebron de Barcelona concluyó que en realidad la hinchazón tiene mucho que ver con la forma de respirar. Y es que, según este estudio, son los movimientos musculares que hacemos al respirar los que causan la hinchazón.
Trucos para oxigenarte más mientras haces ejercicio
La mayoría de las personas solo usa una tercera parte de la capacidad pulmonar porque mantiene una respiración superficial. Y es que normalmente respiramos de manera automática, sin prestar atención. Así que mientras corras o realices cualquier ejercicio, aprovecha para tomar consciencia de tu respiración. Sigue estos consejos para lograrlo:
- Siéntate erguida, sin apoyar la espalda y en una posición que te sea cómoda. Toma aire por la nariz y visualiza cómo penetra por las fosas nasales, pasando por la garganta y los pulmones hasta hacer que se “hinche” el abdomen. Luego, suelta el aire y visualiza cómo hace el recorrido inverso.
- Otro entrenamiento sencillo consiste en tomar aire por la nariz y contar mentalmente hasta cuatro de forma pausada, completando una inspiración no forzada. Después, aguanta el aire contando hasta dos. Finalmente suéltalo muy lentamente contando hasta seis. Mantén este ritmo de 4-2-6 unos 5 minutos. Cuando te hayas habituado a esta respiración, aumenta el tiempo a 10 minutos. Y cuando seas capaz de hacerlo en este tiempo, complica el ejercicio cambiando el ritmo a 4-2-8,es decir, alargando la exhalación hasta contar 8.
- Si sales a caminar o a correr puedes aprovechar también para realizar un “paseo respiratorio”,que consiste en andar cogiendo aire en dos pasos y soltándolo durante los cuatro siguientes.
- La natación es otro deporte donde se trabaja mucho el ritmo respiratorio al alternar el lado por el que se coge aire y contar el número de brazadas que se van haciendo.
Respirar fortalece todo tu organismo
- Aumenta tus defensas. Una buena oxigenación refuerza el sistema inmunológico. Además, gracias a la respiración se desechan parte de las toxinas acumuladas. Y unas defensas altas es clave para sufrir menos infecciones e, incluso, alejar el cáncer. Ten en cuenta que el riesgo de cáncer aumenta con un sistema inmunológico débil.
- Corazón protegido. Respirar bien normaliza los latidos del corazón, lo que evita palpitaciones y arritmias.
- Cerebro en forma. El cerebro consume hasta 3 veces más oxígeno que el resto del cuerpo, por lo que la respiración influye en el rendimiento intelectual, la memoria, la concentración, etc.