Estos son los síntomas de la ansiedad: cómo saber si solo son nervios o es un problema de salud mental

La mayoría relacionamos la ansiedad con la irritabilidad, la fatiga, el nerviosismo, el llanto fácil, la angustia, la falta de concentración o de sueño... Sin embargo, hay otros síntomas que también están relacionados con un trastorno de ansiedad generalizada.

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Más allá de los problemas de dormir o la angustia, puede haber otras señales de ansiedad.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud y nutrición

La ansiedad es un trastorno muchísimo más común de lo que imaginas: el mundo en el que vivimos –lleno de exigencias, competitividad…– no nos lo pone nada fácil.

Así, según datos de la OMS, 1 de cada 10 personas sufre ansiedad y en España estamos a la cabeza en el consumo de ansiolíticosun tipo de fármacos que es muy peligroso tomar sin control médico.

La ansiedad sana y la peligrosa

No hay que caer en el error de demonizar a la ansiedad. En cierta medida, es buena porque es el arma que tiene tu cuerpo para defenderse ante un posible peligro.

El problema es cuando el peligro no existe como tal y vives en un estado de ansiedad constante, que afecta a tu calidad de vida y que puede desencadenar incluso una depresión o aumentar el riesgo en el futuro de sufrir enfermedades como el alzhéimer.

Por eso interpretar las señales que te envía tu cuerpo es muy importante para detectar el problema a tiempo y ponerle freno.

Existen muchas estrategias psicológicas que te pueden ayudar a enfrentarte a tus miedos, a no tener continuamente pensamientos negativos, a relativizar más… y a reducir el riesgo de acabar sufriendo un ataque de ansiedad. No lo dejes pasar y pide ayuda si crees que puede resultarte útil.

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Estás ronco o afónico a menudo

1 | 7 Estás ronco o afónico a menudo

El nerviosismo constante puede hacer que, sin darte cuenta, hables más alto de lo habitual. Si a esto sumamos que es muy probable que la ansiedad te haga dormir (y descansar) poco, tu garganta puede no recuperarse del esfuerzo del día durante el sueño, lo que aumenta las opciones de que acabes ronco o afónico.

  • Si detectas que estás perdiendo la voz, bebe agua con frecuencia. Te ayudará a mantener las cuerdas vocales hidratadas. Procura no forzarla y habla solo lo imprescindible. Hacer gárgaras con agua tibia también puede aliviarte.

2 | 7 Tienes dolor muscular

Incluso en personas que parecen controlar los nervios, sin darse cuenta aprietan la mandíbula, tensan el cuello o los hombros, por ejemplo, entre otras zonas. Es una reacción natural del cuerpo que se "prepara" para asumir algo que percibe como una amenaza, por tanto esta tensión revela ansiedad.

  • Percibir que sufres esta tensión es clave para ponerle freno e intentar gestionar tus nervios y estrés de otra forma. El yoga y el taichi pueden ser una buena ayuda para empezar a lograrlo.

3 | 7 Eres incapaz de relajarte

Pensar en la idea de estar un espacio de tiempo sin hacer nada, sentado en el sofá, paseando por la calle sin rumbo, leyendo o escuchando música te estresa. Si tener algún momento libre de objetivos te hace sentir mal posiblemente sufras algún grado de trastorno de ansiedad.

  • Relajarse, igual que dormir, puede resultar muy difícil en estos casos ya que te invaden continuamente pensamientos negativos, listas de tareas de cosas por hacer... Así que empezar por sentarte cada día 10 minutos sin hacer nada, puede ser una forma de empezar a coger las riendas.

4 | 7 Bostezas mucho

El bostezo puede estar provocado por falta de sueño, pero si sientes que esta sensación te invade con frecuencia puede que esa falta de sueño sea debida a la ansiedad.

  • Este trastorno mantiene el cerebro en estado de alerta. Muchas veces no es que no duermas, es que aun haciéndolo, tu cuerpo y tu mente no están descansando, el sueño no es  reparador y al día siguiente estás cansado.
  • Hacer ejercicios de relajación por la noche puede ayudarte.

5 | 7 Sientes mareos con frecuencia

Un 15% de las personas que acude a Urgencias con mareos se debe a un trastorno de ansiedad.

  • El sentido del equilibrio lo controla el sistema vestibular, una compleja estructura que se halla en el oído. Cuando sufres ansiedad, entre las muchas cosas que hace el cerebro es enviar señales al sistema vestibular "diciéndole" que algo no está bien y este, al intentar corregirlo, provoca mareos.

6 | 7 Tienes el estómago delicado

Puede que algo te siente mal, que sufras intolerancia a algún alimento... o también que tengas ansiedad. Aquello de "se me ponen los nervios en el estómago" es un claro ejemplo.

  • Ten en cuenta que la ansiedad está ligada al estrés, y este afecta fácilmente al aparato digestivo. La razón es que por la zona de intestinos y estómago pasa mucho tejido nervioso, por lo que es muy sensible a las emociones. De ahí que al estómago se le llame el segundo cerebro.

7 | 7 ¿Comes muy rápido?

Lo más probable es que el culpable sea la ansiedad.

  • La razón es la misma que en el caso anterior: el estómago es un órgano muy sensible a las emociones de tristeza, angustia, nerviosismo... Por eso, si te sientes desbordada es fácil que engullas de forma automática y sin pensar, con la sensación que la comida aplaca los nervios.
  • Debes controlar esta sensación pero si eso te ocurre procura elegir algún alimento sano como fruta fresca o un puñado de frutos secos, por ejemplo.