Echar la siesta 30 minutos mejora el ánimo, quita el sueño y aumenta el estado de alerta y la memoria.
Las tardes suelen ser menos productivas para muchas personas. Estamos más espesos, nos falla más la memoria... La siesta se presenta como un aliado para cargar pilas. Y en verano es un auténtico deporte nacional. En vacaciones, no hay mejor forma de invertir el tiempo después de comer que echar una buena siesta. Pero, ¿cuánto debe durar una siesta si necesitamos estar frescos por la tarde? Investigadores de la National University of Singapore lo han estudiado y han concluido que lo ideal es que dure 30 minutos, ni más ni menos. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Sleep.
Siestas de 10 minutos, 30 minutos y 1 horas
Para averiguar el tiempo que debe durar la siesta para que sea reparadora y no resulte difícil de encajar en la agenda diaria, los investigadores estudiaron a un grupo de participantes que hicieron siestas de 10, 30 y 60 minutos.
Tuvieron en cuenta el tiempo que se tarda en conciliar el sueño y luego analizaron el estado de ánimo, la somnolencia y el rendimiento cognitivo después de despertarse de la siesta. También se examinó el efecto de la siesta en la codificación de la memoria.
La siesta que más aumenta la memoria
Los investigadores observaron que, de promedio, se tarda entre 10 y 15 minutos en conciliar el sueño.
Constataron que tanto las siestas de 10 minutos como las de 30 o una hora tenían claros beneficios en el estado de ánimo, la somnolencia y el estado de alerta; un efecto positivo que duró hasta 4 horas después de la siesta. Por tanto, incluso las siestas de 10 minutos ayudan a cargar pilas.
Sin embargo, solo la siesta de 30 minutos tuvo beneficios en la codificación de la memoria, lo que indica que, como mínimo, tienes que dormir 30 minutos si te espera una tarde en la que tienes que estar atento y retener conceptos.
El cerebro almacena datos temporalmente a lo largo del día, pero conforme se va llenando se vuelve más lento, por eso estás más espeso por la tarde. La siesta es un parón que el cerebro utiliza para vaciar de información el hipocampo y pasarla a la corteza prefrontal (el área cerebral con mayor capacidad de almacenamiento), de forma que el hipocampo queda más libre para seguir recibiendo información. Por eso tras dormir media hora notas que tu mente está más ágil. La siesta facilita el aprendizaje ya que permite absorber conocimientos nuevos y fijar los ya adquiridos.
Otros beneficios de las siesta
Una siesta de 30 minutos no solo aumenta la memoria. Estudios anteriores han demostrado que puede reducir el riesgo de infarto.
Un descanso a mitad del día baja la presión arterial y contribuye a reducir el estrés cardíaco, disminuyendo el riesgo cardiovascular. Además, después de comer se produce el efecto postpandrial: el corazón tiene que trabajar más porque aumenta el flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo. Si dormimos la siesta sometemos al cuerpo al mínimo esfuerzo y el corazón no tendrá que trabajar tanto.