Tratar el estrés y las emociones reduce el dolor de espalda crónico

Los tratamientos clásicos muchas veces no funcionan contra el dolor de espalda. Un grupo de investigadores ha desarrollado un programa que trabaja sobre los factores psicológicos vinculados al dolor y ha demostrado ser muy eficaz.

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Tratar el estrés y las emociones es muy eficaz para el dolor de espalda crónico
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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

El dolor de espalda es, por orden de frecuencia, el primer problema de salud crónico en España, muy por delante de patologías como la hipertensión arterial, la artrosis o la artritis. Y es la principal causa de discapacidad en todo el mundo.

Según la Sociedad Española de Médico de Atención Primaria (SEMERGEN), a un 18,6% de la población española le duele la espalda por múltiples causas y con diferentes grados de intensidad.

Alrededor de un 80% ha sufrido o sufrirá dolor de espalda a lo largo de la vida y, peor aún, un 40% ha solicitado baja laboral por esta causa. De hecho, el dolor de espalda es la principal causa de discapacidad en todo el mundo.

A pesar de su altísima incidencia, ensayos clínicos han demostrado que los tratamientos habituales destinados a aliviar el origen físico del dolor –incluidos la cirugía y las inyecciones de esteroides como la cortisona– no siempre funcionan.

Y cada vez hay mayor evidencia científica que sugiere que tratar los factores psicológicos asociados al dolor de espalda puede dar muy buenos resultados.

Así ha ocurrido con un programa cuerpo-mente de 12 semanas que han desarrollado investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess para tratar el dolor de espalda crónico.

El equipo demostró que su programa fue mucho más eficaz que la terapia estándar y el 64% de los voluntarios que participaron en él se libraron completamente del dolor pasados 6 meses.

El origen emocional del dolor de espalda

El dolor de espalda puede tener múltiples causas, de ahí que sea un trastorno tan común.

Sin embargo, los tratamientos actuales se enfocan principalmente en el origen físico del dolor. En aliviar esa inflamación o esa contractura.

Pero en muchos casos no se puede identificar una fuente física de dolor. No hay una hernia o alguna otra patología física que justifique las molestias.

"Nuestro grupo se centró en la hipótesis de que el dolor de espalda inespecífico es la manifestación sintomática de un proceso psicológico, impulsado sobre todo por el estrés, las emociones reprimidas y otros procesos psicológicos", señalan los investigadores.

"El mecanismo exacto sigue sin estar claro, pero podría hacerse una analogía con otros efectos conocidos de estados emocionales que provocan cambios fisiológicos, como por ejemplo, cómo sentir vergüenza puede provocar la vasodilatación capilar que conocemos como rubor", aclaran.

tratar los factores psicológicos

Este programa cuerpo-mente experimental, denominado Terapia de alivio de síntomas psicofisiológicos (PSRT), consta de 12 semanas y está diseñado para abordar básicamente dos cosas:

  • Por un lado, los factores estresantes y psicológicos que favorecen el dolor persistente.
  • Por otro, las respuestas inadecuadas (conductas, posturas corporales...) que generamos ante ese dolor, ya sea porque nos ataca de imprevisto o porque intentamos evitarlo.

El programa incluye estrategias para educar a los pacientes sobre los vínculos entre los factores estresantes y el dolor, así como la relación con las emociones. De estar forma aprenden formas más saludables de procesar el estrés y expresar emociones.

También ayuda al paciente a romper las asociaciones que a menudo se generan cuando hay dolor. Por ejemplo, sentarnos o inclinarnos hacia delante si nos duelen las dorsales, cuando en realidad estas posturas lo que hacen es intensificar el dolor.

Las últimas ocho semanas del programa se centran en la reducción del estrés basada en la atención plena, cuyo objetivo es proporcionar las herramientas para procesar mejor los factores estresantes actuales y futuros, al tiempo que permite tiempo para practicar las técnicas de la primera parte del programa.

rebajar la ansiedad reduce el dolor

Para evaluar si la Terapia de alivio de síntomas psicofisiológicos (PSRT) puede reducir los síntomas y la ansiedad en pacientes con dolor de espalda crónico inespecífico, los investigadores estudiaron a 35 participantes, de 18 a 67 años de edad, con dolor de espalda crónico sin un origen físico claro.

Los participantes fueron asignados al azar en tres grupos:

  • Un grupo realizó el programa cuerpo-mente completo de 12 semanas.
  • Otro grupo hizo solo las ocho semanas de atención plena (una especie de mindfulness).
  • Un último grupo recibió tratamiento estándar para el dolor de espalda.

Todos los participantes completaron cuestionarios relacionados con el dolor antes de iniciar el estudio y periódicamente hasta seis meses después de la intervención para evaluar los cambios en el nivel de discapacidad, las molestias y la ansiedad relacionada con el dolor.

Y los resultado fueron sorprendentes:

  • Después de solo cuatro semanas, los investigadores vieron una asombrosa disminución del 83% en la discapacidad por dolor (cuando el dolor te incapacita en gran medida) en el grupo que hizo el programa cuerpo-mente, en comparación con el 22% en el grupo de atención plena y solo un 11% en el del tratamiento estándar.
  • Con respecto a las molestias durante el mismo período de tiempo, el grupo del programa cuerpo-mente completo tuvo una disminución del 60% en comparación con las disminuciones del 18% en el grupo de atención plena y de un 8% en el que recibió la terapia habitual.
  • Además, al final del período de seis meses, el 64% de los pacientes que habían seguido el programa de 12 semanas estaban completamente libres de dolor (reportando 0 sobre 10 en una escala de dolor). En el grupo de atención plena solo un 25% se libró del dolor y el tratamiento estándar solo liberó del dolor a un 17%.

Los datos dejan claro que tratar los factores psicológicos vinculados al dolor de espalda funciona. Y es que, tal y como aseguran los investigadores, saber que tus emociones pueden ser las causantes de tu dolor físico y aprender estrategias para gestionarlas adecuadamente puede ser mucho más útil que un relajante muscular.