Cómo ventilar bien la casa para eliminar los virus y otras sustancias perjudiciales

Ventilar la casa ayuda a reducir los virus y, por lo tanto, a evitar los contagios, ya sea de gripe, de covid-19 o de otros virus respiratorios. Es un simple gesto, pero eliminar un aire «cargado» es algo que te ayuda a cuidar la salud. Toma nota de estas pautas para mantener el aire de tu hogar limpio y libre de virus.

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Cómo ventilar la casa bien para reducir los virus y otras sustancias perjudiciales

Cuando ventilas en casa, se oxigena el aire, se reduce la humedad y se eliminan los virus, entre otros beneficios.

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Nuria Blasco

Periodista

Una buena ventilación en casa no solo es fundamental para evitar contagios de gripe, covid-19 y otros virus respiratorios, también evita que se concentre CO2, humedad u otras sustancias perjudiciales. El aire de los espacios cerrados debe renovarse para que continúe siendo respirable y beneficioso para el organismo.

La normal general de "abrir ventanas 10 o 15 minutos al día para que la vivienda esté bien ventilada" puede ser insuficiente cuando circula una gran cantidad de virus.

¿Por qué hay que ventilar la casa?

Decimos que "el aire está cargado" cuando el ambiente de una determinada estancia está sobrecargado de dióxido de carbono, humedad, virus y otras sustancias nocivas para la salud. Cuando ventilamos:

  • El aire se oxigena: se reduce la concentración de CO2, el gas que espiramos y que ya no nos sirve.
  • Se eliminan los virus concentrados en el ambiente.
  • Se regula la humedad: a veces es deseable aumentarla porque el aire está muy seco, lo que perjudica nuestras mucosas respiratorias. Otras veces hay que disminuirla para que no haya condensaciones.
  • Se reduce el polvo: las partículas en suspensión y los malos olores son arrastrados por la corriente de aire que se crea al ventilar.
  • El sol actúa de "desinfectante": los rayos calientan y "desinfectan" en cierto modo las estancias ya que los rayos ultravioleta actúan contra algunos microorganismos.

Una ventilación deficiente en casa duplica el riesgo de sufrir bajones de energía, favorece los dolores de cabeza y empeora los síntomas respiratorios como la tos.

​Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), la concentración de algunos elementos contaminantes en el interior de nuestras casas puede llegar a ser 100 veces mayor que en el exterior.

Un estudio del Grupo Velux revela que las habitaciones de los niños suelen ser la más contaminadas de una casa: un 45% de las habitaciones infantiles tiene unos niveles de CO2 muy por encima de lo saludable debido a una ventilación insuficiente.

¿Qué pasa si no ventilas tu casa?

Si no abres las ventanas o no ventilas correctamente las estancias de tu hogar, puedes encontrarte con distintos aspectos negativos para la salud:

  • Aumentan los contagios de gripe, covid-19 u otros virus. Cuando hay una persona infectada en un espacio cerrado sin ventilación, los virus se acumulan en el ambiente y las probabilidades de contagio de las otras personas aumentan drásticamente.
  • Prolifera el moho como consecuencia del exceso de humedad. Cuando notamos su olor ya estamos respirando esporas nocivas.
  • Aumentan los gases tóxicos que son liberados por los objetos encolados (muebles, alfombras, objetos de plástico, etc.), los productos de limpieza o que forman parte de los humos de la cocina. En un espacio cerrado, la densidad de partículas y gases es mayor que en el exterior.
  • Se multiplica el riesgo de alergias y de que las vías respiratorias se irriten.
  • Se concentran los gases contaminantes. Calderas, calentadores, estufas (de gas o de parafina) y chimeneas emiten este tipo de gases. Estas emisiones se eliminan haciendo que los aparatos expulsen los gases hacia el exterior. En las intoxicaciones leves los síntomas se parecen bastante a los que se dan en una gripe: fatiga, dolor de cabeza, mareo, náuseas, vómitos, falta de concentración e incluso alteraciones del ritmo cardiaco.

¿Cuánto tiempo se debe ventilar la casa?

El momento más adecuado del día y el tiempo que se debe dedicar a la ventilación dependen del tipo de clima local, el uso de la casa y la estación del año en que estemos.

Como norma general, se suele decir que bastan 10-15 minutos al día para ventilar una estancia correctamente.

  • En invierno hay que ventilar en el momento más caliente, hacia el mediodía, o aprovecharnos del momento en que incida más el sol.
  • En verano se ventila por la noche, lo que además sirve para refrescar al máximo la casa.

Sin embargo, si pasas mucho tiempo en casa, si hay más personas y, especialmente, de si hay alguien infectado por algún virus respiratorio este tiempo debe ser mucho mayor. Durante el confinamiento por la pandemia, por ejemplo, los expertos del Departament de Salut de la Generalitat de Cataluña aconsejaron ventilar todas las estancias de la casa, en especial aquellas en las que se concentren más personas, un mínimo de 10 minutos tres o cuatro veces al día para asegurar una correcta renovación del aire.

Si ventilas cuatro veces al día, las horas más adecuadas son:

  • Al levantarte por la mañana, para eliminar la acumulación de CO2 debida a la respiración, sobre todo en las habitaciones dónde duermen personas. Este debería ser el tiempo de ventilación más largo (unos 20 minutos).
  • Antes de comer. Si has pasado 4 o 5 horas en el comedor, convendría airear especialmente esta estancia durante 10 minutos. Igualmente, la habitación de los niños si han pasado la mañana en ella. Además, la incidencia de los rayos solares es mayor al mediodía, lo que ayuda a eliminar ácaros, humedad y otras bacterias que pueden empeorar los síntomas respiratorios.
  • Después de comer. Ventila la cocina durante 10 minutos para eliminar las sustancias nocivas generadas al cocinar.
  • Una hora antes de dormir. Es muy importante que la habitación dónde vas a dormir esté bien ventilada y libre de sustancias contaminantes. Ventila durante 10 minutos.

Si en la casa hay una persona con gripe, covid-19 u otro virus respiratorio, es recomendable que quede aislada en una habitación individual con buena ventilación y sin recibir visitas para evitar que se propaguen los virus, en especial si hay otras personas mayores o de riesgo en casa.

La puerta de la habitación donde esté el enfermo deberá permanecer cerrada, pero debe estar bien ventilada y con ventanas con salida a la calle para garantizar una correcta renovación del aire.

¿Cómo se debe ventilar la casa?

Al margen de abrir ventanas, sobre todo las de aquellas estancias donde la familia pasa más horas, una práctica muy eficaz es la ventilación cruzada:

-Abre dos ventanas en dos lugares opuestos de la casa para se genere una corriente interior. Así se renueva el aire de forma más rápida y eficaz.

De acuerdo con un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), publicado en Building and Evironment, lo ideal para una buena ventilación es que haya una fuente de aire exterior entrando por abajo y una salida en una zona más elevada, cerca del techo, para que el flujo sea rápido y constante. Esto puede que no sea siempre posible en las casas, pero sí debería tenerse en cuenta en otros edificios donde se concentra un gran número de personas.

La investigación también muestra que, si la ventana de salida del aire está muy fría, parte del aire respirado vuelve a bajar al enfriarse e interrumpe el flujo ascendente general. Esto significa que, si una persona infectada por un virus respiratorio está sentada junto a esa ventana abierta sería especialmente propensa a propagar sus aerosoles alrededor.

La solución sería poner fuentes de calor cerca de las ventanas para compensar su enfriamiento.

Aparatos para renovar y limpiar el aire

Hoy en día la tecnología nos ofrece opciones variadas que nos ayudan a mejorar la calidad del aire en el hogar:

  • Purificadores de aire. Son muy útiles en ciudades donde la contaminación o los malos olores no permiten abrir tanto las ventanas.
  • Aspiradoras. Las hay que aspiran casi el 100% de las partículas que se depositan en sofás, alfombras, colchones, suelos...
  • Grifos que secan las manos. Reducen la posible contaminación que puede haber al usar las mismas toallas. Eso sí, no están al alcance de cualquier bolsillo.

También existen dispositivos que miden la calidad el aire. Se trata de unos sensores que cuantifican la cantidad de dióxido de carbono que hay una habitación para saber cuándo hay que ventilar.

El aire limpio depende de varios factores

Tener un aire limpio dentro de la casa no solo depende de la ventilación, hay otros factores que también juegan un papel importante. Mantén a raya en tu casa los valores ideales que te mostramos a continuación y respirarás mucho mejor:

TEMPERATURA

El rango de confort se halla entre los 17 °C (en invierno, por la noche) y los 24 °C (en verano). Si la diferencia entre temperatura exterior e interior es demasiado acusada, tus defensas bajan. Para evitar esos cambios de temperatura, es preferible abrigarse un poco dentro de casa en invierno que ir en camiseta de manga corta.

NIVEL DE HUMEDAD

El nivel de humedad debe encontrarse entre el 35% y el 50% a lo largo de todo el año. Si está por debajo del 35% –ocurre en invierno cuando la calefacción está demasiado alta– la piel, las mucosas y los ojos se resecan. Pero es más «peligroso» que la humedad supere el 50%, porque favorece el desarrollo de ácaros, mohos y bacterias.

  • Compra un higrómetro para saber la humedad del aire. Si el exceso no se corrige con la ventilación y la mejora de los aislamientos, un aparato deshumidificador puede ser la solución. Puedes aumentar la humedad con un aparato humidificador (son preferibles los que funcionan por ultrasonidos).

COVS (COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES)

Lo ideal es que en casa haya cero compuestos orgánicos volátiles. Intenta reducirlos al mínimo. Muchos COVS son irritantes y, algunos, incluso cancerígenos. A corto plazo causan irritación de los ojos y de las vías respiratorias, dolor de cabeza, mareos, trastornos visuales, fatiga, reacciones alérgicas en la piel y náuseas. A largo plazo pueden dañar el hígado.

  • Si vas a reformar tu casa, emplea pinturas, barnices, colas, etc., sin disolventes y con sellos ecológicos o ingredientes básicos naturales. No utilices insecticidas químicos. Emplea medios naturales para controlar los mosquitos o las plagas de las plantas. No abuses de los productos de limpieza con perfumes.

Otros gestos que pueden ayudarte a mantener un ambiente limpio en casa son:

  • Quitarte los zapatos al cruzar la puerta de casa es una obligación. Vienen de la calle cargados de polvo, microbios y contaminantes que luego se dispersan en el aire.
  • Las plantas de interior regulan en mayor o menor medida la humedad ambiental y, sobre todo, depuran el aire. Algunas también son capaces de eliminar gases tóxicos, capturándolos del aire y enterrándolos en la tierra. Por tanto, una casa llena de plantas variadas mejora la calidad del aire.