"Si hemos normalizado el hecho de practicar ejercicio para fortalecer el cuerpo, vernos bien y ganar salud, ¿por qué no hacemos lo mismo con el rostro?", se pregunta Izumi Forasté Onuma, especialista en salud, belleza y cuidado personal japonés, en su libro "El secreto japonés del yoga facial" (Diana).
Es algo que en Japón ya trabajan desde hace décadas, con disciplinas como el yoga facial, que combina ejercicios y masajes en la piel del rostro "para relajar y tonificar los músculos de la cara de forma totalmente natural", apunta la autora del manual.
- "Al movilizar los más de 30 músculos que tiene nuestra cara, en especial aquellos que no utilizamos habitualmente, mejoramos la circulación sanguínea, oxigenamos la piel y conseguimos un efecto lifting", añade.
En su manual, Izumi Forasté comparte 40 ejercicios de yoga facial, algunos agrupados en sencillas rutinas con objetivos concretos como la que reproducimos a continuación.
Rutina de 5 minutos para un evento especial
Los siguientes ejercicios te ayudarán a que tu rostro gane firmeza, a resaltar ciertos rasgos como los pómulos, a reducir las arrugas y a combatir las patas de gallo. Además, embellecerás la zona del escote.
- Lo ideal para notar sus efectos al máximo es empezarla a practicar 10 días antes del evento, recomienda la especialista.
1. Luce un escote más bonito
Aplica una crema hidratante o un aceite en la zona del cuello y el escote antes de realizar el siguiente masaje:
- Agarra con los dedos índice y pulgar el inicio de la clavícula (por el lado cercano al esternón). Ve pellizcando ligeramente desde el centro hasta llegar al otro extremo. Repite el movimiento 3 veces seguidas por cada lado.
Este ejercicio, además, ayuda a mejorar tu postura corporal
- Cierra ahora el puño y masajea, dibujando círculos, la parte inferior de la clavícula, también de dentro hacia fuera. Repite el movimiento 3 veces. Levanta un brazo y traza círculos justo en el punto de unión con el tronco (antes de llegar a la axila). Repítelo todo con el otro lado.
- Baja el brazo y masajea ahora las clavículas sujetándolas entre los dedos índice y corazón, deslizándolos de dentro hacia fuera. Repite 10 veces por lado.
2. Logra un contorno facial definido
La flacidez de la musculatura del rostro provoca que el contorno de la cara se descuelgue y que aparezca la antiestética papada. Pero puedes combatirlo con ejercicios como los siguientes:
- Dibuja una "U"con los labios y llévalos todo lo que puedas hacia la izquierda. Mantén la postura 5 segundos y repite con la derecha. Hazlo 2 veces por lado.
- Señalar la zona con un dedo te ayudará a realizar mejor el movimiento de los labios.
3. Resalta los pómulos
"Al elevar los pómulos, se consigue un efecto lifting en toda la zona de la mejilla y definimos el contorno de la mandíbula", subraya la experta en yoga facial. Estos movimientos te ayudarán a lograrlo:
- Lleva la comisura del labio hacia la derecha y hacia arriba, poco a poco y de forma consciente: el punto más alto del pómulo debe quedar por encima de los orificios de la nariz. Cierra el ojo de ese lado, dejando caer el párpado suavemente, y mantén la postura 5 segundos.
- Poco a poco vuelve a la postura natural y haz de nuevo el movimiento, pero con el otro lado. Repítelo todo 3 veces.
4. Deslumbra con la mirada
El objetivo del ejercicio que te mostramos a continuación es tonificar el músculo orbicular, que es el que rodea nuestros ojos. Si eres constante y lo haces a diario, podrás atenuar las patas de gallo y las bolsas.
- Con el rostro relajado, lleva la mirada y el párpado inferior hacia arriba, y manténlo durante 5 segundos justo en el punto previo a que se cierren los ojos. Repítelo 10 veces seguidas.
- Mientras lo haces, ten cuidado de no arrugar la frente. Si te ocurre, sujétala con una o ambas manos para evitarlo.
5. Suaviza las arrugas de la frente
Con este movimiento trabajas la zona superior del músculo orbicular y también la musculatura de la frente. El propósito es doble: combatir las antiestéticas arrugas de la zona y, también, la caída de párpados.
- Lleva ambas manos a tu frente, sujetándola con ellas, y sitúa los meñiques por encima de las cejas. En esta posición, abre bien los ojos durante 2 segundos.
- Poco a poco ve cerrándolos, como si te molestase la luz, pero sin llegar a fruncir el ceño. Mantén el gesto 2 segundos.
- Repite 3 veces seguidas, cierra los ojos y relaja toda la musculatura del rostro durante 2 segundos. Luego, abre los ojos.
Si tienes alguna duda de cómo llevar a cabo esta rutina, puedes mirar el siguiente vídeo en el que Izumi Forasté la explica al completo: