El ejercicio es uno de los hábitos que más protege tu cerebro.
Un estilo de vida saludable es capaz de reducir hasta un 40% el riesgo de desarrollar alzhéimer, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).
De entre todos los buenos hábitos que podemos incorporar a nuestro día a día para proteger nuestro cerebro y nuestros recuerdos, destaca especialmente el ejercicio.Los estudios nos han mostrado que es el factor más importante para evitar o reducir las pérdidas de memoria cuando se llega a cierta edad. Un punto de vista que también comparte el doctor Anders Hansen, especialista en psiquiatría y autor de "La verdadera píldora de la felicidad" (RBA), un libro centrado en explicar por qué un estilo de vida activo estimula el cerebro.
El cerebro necesita movimiento
"Por sorprendente que pueda parecer, el cerebro da la impresión de ser el órgano humano que más se beneficia si llevamos una vida activa", apunta el psiquiatra del Instituto Karolinska en su manual.
"No es solo que te sientas mejor cuando estás físicamente activo, sino que tu concentración, tu memoria, tu creatividad y tu resistencia al estrés también se ven potenciadas", añade.
¿Cuáles son los motivos que explican este efecto protector tan potente? Echar la vista atrás es imprescindible para entenderlo.
"Durante la mayor parte de nuestra historia, la actividad física ha sido imprescindible para obtener alimentos y sobrevivir. Y aunque ya no necesitamos salir en busca de comida, nuestro cerebro funciona de manera más eficiente cuando tratamos de vivir de un modo más parecido a cómo lo hicieron nuestros antepasados. Es decir, moviendo el cuerpo", sostiene Hansen.
De hecho, las neuronas nacieron con el movimiento: el psiquiatra cuenta en su libro que se cree que la tarea principal de las primeras neuronas, que aparecieron hace unos seiscientos millones de años, fue la de propiciar que los animales primitivos pudieran moverse corporalmente.
"El cuerpo no puede desplazarse sin el cerebro, y si el primero no se mueve físicamente, el segundo no funcionará bien", insiste.
El ejercicio favorece la conexión entre neuronas
Las neuronas son las grandes transmisoras de información del cuerpo. Gracias a ellas, al igual que ocurre con los cables de los teléfonos clásicos, nuestro cerebro envía y, al mismo tiempo, recibe información.
A diferencia de lo que se creía hace un tiempo, ahora está claro que las neuronas pueden crearse a cualquier edad. "Continuamente mueren neuronas viejas y se forman otras nuevas", afirma el psiquiatra.
Más que la cantidad total de neuronas que se tengan, lo que marca la diferencia entre un cerebro sano y otro con despistes frecuentes son las conexiones que se establecen entre ellas. Es lo que se conoce como plasticidad neuronal.
Pues bien, "se sabe que hay pocas cosas más efectivas para hacer que el cerebro cambie —es decir, se vuelva neuroplástico— que estar físicamente en forma", defiende el psiquiatra.
Dedicando entre 20 y 30 minutos al día ya mejora la comunicación entre las neuronas.
el deporte aumenta el tamaño del hipocampo
El hipocampo, el centro de la memoria, es una de las áreas del cerebro que más se encoge al envejecer.
"Su tamaño mengua cerca de un 1% cada año, y esta lenta pero paulatina reducción es la que explica que nuestra memoria empeore a medida que pasa el tiempo", concreta este especialista.
Pero se ha demostrado que el ejercicio no solo lo evita: puede hacer, incluso, que su volumen aumente.
El sedentarismo atrofia el cerebro
El ejercicio beneficia a nuestra mente y el sedentarismo es perjudicial para la salud cerebral.
"Un grupo de científicos estadounidenses hicieron un seguimiento a lo largo de veinticinco años a unos 3.200 jóvenes, registrando información acerca de cuánto tiempo pasaban frente al televisor. Además, les hicieron distintas pruebas psicológicas para medir su memoria, su facultad de centrar la atención en algo concreto y la velocidad de su procesamiento cognitivo", expone Hansen.
"Los test indicaron con claridad que los sujetos más sedentarios tenían una capacidad intelectual menor para concentrarse y recordar las cosas. También pensaban más despacio. Los resultados de los que habían pasado largos periodos de tiempo sentados viendo la televisión durante, al menos, tres horas al día, fueron especialmente malos", remarca.
Abusar de las nuevas tecnologías, un riesgo más
A la tentación de pasar horas frente al televisor, en las últimas décadas se ha unido otro elemento que puede favorecer que nos volvamos más sedentarios: los smartphones y la facilidad de consultar tus redes sociales a cualquier hora y en cualquier momento y lugar.
"Durante el tiempo en el que estamos despiertos, tocamos el teléfono más de 2.600 veces al día, y contestamos a llamadas o mensajes una media de cada 10 minutos. Y por si las horas de vigilia no fueran suficientes, una de cada tres personas (la mitad de los jóvenes de 18 a 24 años) revisa su móvil también, al menos, una vez en plena madrugada", advierte el divulgador científico en su libro "Insta-brain" (RBA).
RBA
"Tenemos constancia científica, por los muchos estudios realizados al respecto, de que el uso excesivo del móvil puede distraernos muy fácilmente, hacer que durmamos peor y que nos estresemos más de la cuenta", añade. Y hay que tener en cuenta que no descansar lo suficiente y un nivel de estrés importante reducen la capacidad de pensar del cerebro.
Qué tipo de ejercicio es mejor
A la hora de proteger la buena salud del cerebro, ¿qué es mejor, el ejercicio cardiovascular o el de fuerza? Curiosamente, el impacto en la memoria es diferente según el tipo de ejercicio que hagamos.
"Se ha observado que la capacidad de memorizar palabras se ve incrementada cuando salimos a correr, pero no levantando pesas. Esto último parece ser bueno para la memoria asociativa, la que nos permite emparejar un nombre con una cara. Cuando se trata, en cambio, de acordarse de dónde has puesto las llaves, tanto una clase de ejercicio como la otra parecen funcionar", explica el doctor Hansen.
Por eso, si quieres potenciar todas las áreas de la memoria, debes variar tu entrenamiento y practicar tanto ejercicio cardiovascular como de fuerza.
"Aún así, si has de elegir entre las dos cosas, el cardiovascular ha de ser prioritario, ya que, en términos generales, es más beneficioso para el almacenamiento de recuerdos", aconseja el psiquiatra.