Si tienes un buen colchón, tu dormitorio mantiene la temperatura ideal y no estás pasando por una etapa de estrés pero no duermes bien, deberías revisar tus cenas.
La última comida del día es la que más influye en el descanso. Si incluye excitantes, estos dificultarán la conciliación del sueño. Si es demasiado copiosa, la digestión será difícil y no te dejará dormir bien. Y si no cenas apenas, el hambre puede despertarte de madrugada.
Nutrientes que debe incluir la cena
Te proponemos 15 ideas para que tus cenas se conviertan en el preludio del mejor descanso. Además de fáciles de preparar, ayudan a tu organismo a fabricar sustancias que inducen al sueño.
- Incluyen hidratos de carbono complejos que aumentan la sensación de saciedad, disminuyen el apetito, mejoran la sensibilidad a la insulina y favorecen el descanso.
- Aportan proteínas ricas en triptófano, un aminoácido que se convierte en serotonina, y esta se convierte en melatonina, hormona vital que favorece el sueño. Sin las proteínas de los alimentos no tenemos forma de producir todas esas sustancias esenciales para el ciclo del sueño.
Las hemos agrupado en cinco grandes grupos:
- Con verduras y pescado. El pescado azul, rico en zinc, fósforo, magnesio, selenio, hierro, yodo, vitamina A (betacaroteno) y vitamina D, es perfecto para evitar esas deficiencias que te roban el sueño.
- Con pasta. Al igual que las proteínas, los hidratos son necesarios para completar el ciclo de descanso nocturno: una de sus funciones es, precisamente, la de facilitar la entrada de triptófano al cerebro.
- Con arroz integral. Suele ser más digestivo que la pasta.
- Con quinoa. Posee todos los aminoácidos esenciales que necesitamos, hidratos de carbono de absorción lenta y potasio, fósforo, magnesio, calcio, hierro y zinc.
- Con pavo y verduras. Una carne baja en grasa que te aporta proteínas de calidad y triptófano.