El recalentamiento repetido de cualquier aceite produce la liberación de compuestos tóxicos que pueden perjudicar la salud.
Aunque el aceite de oliva virgen extra, sin duda, es la variedad estrella en nuestra cocina, podemos encontrar aceites de otro tipo en el mercado. El de girasol es la otra variante que más usamos.
- Ahora que el precio del aceite de girasol se ha elevado y que escasea en algunos supermercados debido a la crisis provocada por la guerra en Ucrania (que es, precisamente, uno de los principales productores de este tipo de aceite), puedes optar por otras alternativas como las que te mostramos más abajo.
Se calcula que entre un 30% y un 45% del aceite que consumimos en España es de girasol
Todas las variedades de aceites nos aportan algún beneficio pero, eso sí, dejan de hacerlo si no los usamos bien. Hay que tener muy presente que si esas grasas se calientan demasiado, se convierten en dañinas porque sus ácidos grasos buenos se deterioran.
- El recalentamiento repetido de cualquier aceite conduce a la liberación de compuestos tóxicos que pueden perjudicar la salud. El de oliva lo hace de forma más lenta que el resto, pero igualmente no conviene reutilizarlo más de 3 veces.
No todos son aptos para freír
Los de oliva, cánola y coco se pueden usar para freír, pero otros resisten peor las altas temperaturas y hay que evitarlos.
- El de nuez y el de soja siempre se deben tomar en crudo porque al ser ricos en ácidos grasos poliinsaturados (como el ácido linolénico omega 3) se alteran con mucha facilidad con el calor.
- Cuidado también con el de girasol. El que normalmente se encuentra en el mercado está refinado y no es recomendable para freír porque tampoco soporta temperaturas demasiado altas. Si puedes, usa el de la variedad “alto oleico” (de características más parecidas a las del aceite de oliva).