Cuando pensamos en la comida griega la relacionamos como una dieta hermanada con la nuestra, pues se basa también en la dieta mediterránea. Una gastronomía rica y saludable. Aunque hay significativas diferencias.
Más allá del famoso yogur griego, la dieta griega incluye algunos alimentos autóctonos que no son tan populares en España, pese a que también se pueden encontrar en nuestro país. Y en concreto, uno de los más ricos y nutritivos que tienen es la cereza ácida o Prunus cerasus.
Qué tipo de cerezas toman en Grecia
La cereza es una fruta excelente y muy extendida en España. Sin embargo, la variedad de cereza a la que nos referimos no es tan conocida pese a que los nutricionistas destacan mucho sus propiedades.
Las cerezas ácidas o guindas son, de hecho, una variante antigua y silvestre de las cerezas que más consumimos hoy. Digamos que los agricultores han ido haciendo una selección natural hasta conseguir las actuales variedades más dulces.
No obstante, el consumo de las cerezas ácidas no ha desaparecido. Además de en la gastronomía griega, se pueden encontrar como postres e ingredientes en otras latitudes, sobre todo en Alemania. En América Latina se conocen como cerezas de Morello. Y el popular licor de guindas también se elabora a partir de esta variedad.
Qué propiedades tienen las cerezas ácidas
Las cerezas ácidas igualan y en algunos aspecto mejoran las capacidades de sus descendientes más dulces. Entre estas propiedades destacan:
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- Antienvejecimiento celular. Contiene unos bionutrientes llamados flavonoides. Sustancias químicas con propiedades antioxidantes por lo que ayudan a frenar el deterioro natural de las células. Su vitamina C también ayuda a contrarrestar los daños producidos por los rayos del sol en la piel.
- Refuerzo muscular. Estos antioxidantes también tienen una importante función para prevenir las microrroturas musculares que puedan producirse en el ejercicio. De esta manera previenen la aparición de agujetas y mejoran tu resistencia.
- Diuréticas. Su alto contenido en líquido las hace adecuadas como ingrediente diurético en la dieta. Además sus propiedades ayudan a evitar las infecciones urinarias.
- Reduce las grasas. Tienen pocas calorías: 50 calorías por 100 g. Además, ayuda a frenar la absorción de las grasas de otros alimentos. Por eso es una combinación estupenda con algunas carnes o platos especialmente grasos.
- Astringente. A pesar de que son una fuente de fibra, para regular el buen tránsito intestinal, lo cierto es que destaca más por su capacidad astringente. Es decir, ayuda a ralentizar el ritmo en aquellas personas con diarrea.
- Ayuda a regular el sueño. El jugo de las cerezas ácidas estimula la producción de melatonina. La melatonina es una hormona relacionada con nuestros reloj biológico. Ayuda a regular el ciclo del sueño. Prepara al cuerpo para dormir.
- Protege el corazón. Una investigación de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) constató que la melatonina y los flavonoides también actúan como elementos protectores de la salud cardiovascular.
Cómo podemos preparar las cerezas
La ventaja de las cerezas ácidas es que no es difícil encontrarlas fuera de temporada, que es la primavera e inicio del verano. Son la variedad de cerezas con las que se elaboran las conservas y que encontrarás en supermercados. También puedes tener cerezas congeladas en la nevera para prepararlo en cualquier época.
En los meses de calor, una excelente opción de tomar este delicioso ingrediente es un helado de cereza y yogur griego.
Ingredientes:
- Cerezas ácidas batidas (has de poder llenar ¾ de una taza)
- 2 yogures griegos
- 1 lata de leche de coco
- Una taza de azúcar
- Una pizca de vainilla
Elaboración:
- Bate los yogures griegos con la leche de coco, el azúcar y la vainilla.
- Si tienes una heladera puedes usar la mezcla para preparar el helado. Si no, llévala al congelador para que se enfríe. Sácala y remueve cada cierto tiempo a medida que se congela. Así evitarás que se cristalice.
- Para servir, acompaña de algunas cerezas más que habrás apartado previamente y las machacas para hacer trocitos repartidos por encima del helado.