En la comida asiática los germinados se añaden a muchas preparaciones.
China y Japón son la cuna de los germinados. En estos países son un ingrediente que no falta en la cocina y se consumen a diario de formas muy variadas. En sopas, cremas, batidos, bebidas frías, como guarnición, para adornar o realzar platos. Los germinados tienen un alto valor nutritivo pero si algo favorecen es la digestión. La malas digestiones son uno de los problemas de salud más comunes y molestos de sobrellevar.
Una mala digestión puede provocar dolor abdominal, acidez, ardor, hinzhazón, gases, náuseas, sensación de empacho, somnolencia, problemas para dormir, náuseas, estreñimiento o diarrea. Las personas que sufren malas digestiones acaban con frecuencia eliminando alimentos de la dieta porque "todo les sienta mal", incluso algunos muy saludables como la lechuga porque les hincha, el pimiento o el melocotón porque no lo digieren bien... Pero si no hay ninguna intolerancia a estos alimentos, probablemente no deberías eliminarlos sino incluir otros que te ayuden mejorar tus digestiones como los germinados.
Una buena digestión es básica para la salud. Permite que aprovechemos mejor la energía de los alimentos y nos sintamos menos cansandos, facilita la eliminación de los desechos, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y facilita que los nutrientes lleguen a todos los órganos, lo que mejora tejidos como la piel, músculos y huesos.
Qué son los germinados
Los germinados son semillas transformadas gracias al poder del sol, el agua y las enzimas. Germinan con la humedad y al hidratarse, aumentan la cantidad de nutrientes como por ejemplo la vitamina C o la B1.
Se digieren mejor porque las enzimas transforman algunos de sus componentes, como por ejemplo el almidón, en azúcares más simples que el organismo asimila fácilmente. Y todo lo que se asimila fácilemnte aligera la diestión porque disminuye la demanda de flujo sanguíneo hacia el estómago.
Los germinados también son "poderosos en clorofila, una molécula similar a la hemoglobina que favorece la oxigenación celular manteniendo los niveles energéticos y el ritmo metabólico", explica Saharai Gálvez, experta en nutrición de Germinados San Francisco.
Además, "al tratarse de alimentos vivos de naturaleza prebiótica, aportan fibra insoluble que utilizan las bacterias buenas del tracto digestivo para desarrollarse, formando una barrera en las paredes gastrointestinales que impide el paso de sustancias dañinas al torrente sanguíneo. También contienen fibra soluble que facilita el tránsito intestinal", añade.
Beneficios de los germinados
Los germinados y brotes tienen los siguientes beneficios para la salud:
- Mejoran la digestión.
- Equilibran la microbiota.
- Evitan el estreñimiento.
- Eliminan toxinas de la sangre.
- Favorecen la oxigenación celular.
- Regulan el pH corporal.
- Mejoran la respuesta inmune.
- Tienen acción antioxidante y reducen la inflamación celular.
- Contribuyen a regular los nivels de glucosa y triglicéridos.
Cómo hacer germinados en casa
Aunque es fácil comprarlos en supermercados y tiendas de alimentación, también puedes hacerlos en casa. Pueden ser de alfalfa, berro, brócoli, cebolla, kale, lentejas...
- Dispón 3 cucharadas de semillas en un recipiente ancho de vidrio y cubre con agua. Tápalo con una tela ligera, deja reposar 12 horas s en un lugar oscuro y lava después las semillas con agua tibia.
- Vuelve a introducir las semillas en el recipiente, cúbrelo con la tela y guárdalo inclinado con la tela hacia abajo, en un espacio seco y sin luz, a una temperatura de unos 20 ºC. Enjuaga las semillas 2 o 3 veces al día los primeros días, y luego solo una vez.
- Cuando los brotes tengan una longitud de unos 3 cm, deja que sigan germinando expuestos a la luz solar (esto favorece el aumento de la vitamina C y potencia su valor nutricional).
- Para conservarlos, guárdalos en la nevera bien secos en un recipiente de cristal y consume en una semana como máximo.