La alimentación es el principal pilar para regular los niveles de colesterol, incluso en aquellas personas con predisposición genética a tener el colesterol elevado. Se ha demostrado que seguir una dieta equilibrada como la mediterránea logra disminuir el colesterol total entre un 10 y un 15%.
Aparte de tomar a diario los alimentos que te proponemos (o al menos un 80% de ellos), es obligado reducir todo aquello que hace que fabriques más colesterol de la cuenta.
- Menos saturadas y nada de trans. Este tipo de grasas provocan que el hígado produzca más colesterol, aunque recientes estudios demuestran que las más dañinas son las trans. Así que limita las carnes rojas, embutidos y lácteos enteros; y evita los productos procesados, precocinados, bollería y pastelería industrial.
- ¿Y lo que lleva colesterol? Aunque parezca mentira, sube menos los niveles que las grasas ya citadas. Esto ocurre porque el colesterol que podemos absorber a diario tiene un límite, y una vez se llega a él nuestro organismo desecha el resto. En cambio, con las grasas saturadas y trans no ocurre lo mismo: se absorben comas la cantidad que comas, y luego el hígado las acaba transformando en colesterol.
No obstante, el consejo es tomar menos de 300 mg de colesterol al día (se halla en carnes, pescados, mariscos, lácteos y huevos). - Azúcares y harinas blancas bajo sospecha. Elevan la glucosa en sangre de forma brusca, con lo que produces mucha insulina. Y esta hormona, cuando ya ha abastecido de glucosa a las células, ordena transformar "lo que sobra" en grasa. Este proceso se hace en el hígado, aumentado una grasa que ya conoces: los triglicéridos.
A continuación te mostramos los alimentos que, por contra, sí te convienen especialmente.