La congelación se ha convertido en un aliado imprescindible en nuestra cocina. Las carnes y los pescados aguantan muy bien las bajas temperaturas, solo tienes que asegurarte de que son frescos y de calidad.
En el caso de la carne, es importante que esté cortada en porciones similares, que le quites toda la grasa visible (si la tiene) y que la envuelvas herméticamente para que el frío no la queme ni seque.
En cuanto al pescado, hay que guardarlo sin vísceras y lavado. Sécalo con papel de cocina para evitar el agua sobrante.
Recuerda que el marisco no debe permanecer más de 3 meses en el congelador. Las almejas y los berberechos se congelan crudos (mejor envasados al vacío). Nécoras y centollos se cuecen antes. Gambas y langostinos pueden hacerse de las 2 maneras.
Qué no se puede congelar
La mayoría de elaboraciones se pueden congelar sin problemas, aunque hay algunas excepciones.
Los guisos que llevan patata (la fécula se deshace al congelarse, mejor retírala), los fritos y las elaboraciones con mayonesa o salsas parecidas, pueden cortarse con la congelación.
Los platos caldosos se deben congelar sin líquido; sepáralo y ponlo en bolsas o recipientes rígidos. Cuando los descongeles (a temperatura ambiente) ya los mezclarás.
Antes de congelar es básico que estén fríos para que su estructura no se altere y no estrope es lo que hay en el congelador. Dicho esto, hay alimentos que probablemente crees que no se pueden congelar pero sí es posible.
cómo congelar los siguientes alimentos:
Revisa las estrellas del congelador
Su número indica la temperatura que alcanza el congelador; cada una equivale a – 6 grados. La congelación debe hacerse a menos de –18 grados, por lo que uno con 3 estrellas es suficiente, aunque el proceso será más largo y el alimento perderá calidad. Lo ideal es que sea de 4 estrellas (–24 grados).