Los cambios en la dieta, las prisas o el pasar una época de nervios y estrés pueden alterar el ritmo intestinal, lo que a veces supone mayor dificultad para ir al baño, provocando molestias como gases, hinchazón y dolor.
Ante este problema, lo mejor es intentar corregir la dieta en lugar de tomar laxantes pues si se recurre a ellos de manera habitual pueden agravar el problema. Los alimentos ricos en fibra y ciertas plantas pueden evitarte ese estreñimiento pasajero.
VENCE EL ESTREÑIMIENTO CON BUENOS HÁBITOS
Además de añadir a tus menús diarios los alimentos que te recomendamos más abajo, es indispensable que analices si tus hábitos perjudican tu regularidad. Para evitar el estreñimiento es importante:
- Hidratarse bien. El agua es fundamental para que la fibra haga su función (esta tiene la capacidad de retener agua, con lo que aumenta su volumen favoreciendo el tránsito intestinal). Y también lo es para que las deposiciones sean más ligeras y se eliminen sin esfuerzo.
Tomar un vaso de agua templada en ayunas ayuda a ir al baño
- No reprimir “las ganas”. Ignorar el deseo de ir al baño hace que se pierda el reflejo de tener ganas de evacuar, lo que favorece el estreñimiento.
- No pasarse con las proteínas ni las grasas. Quesos curados, embutidos, alimentos precocinados, pizzas… contienen muchas grasas saturadas pero muy poca fibra y agua. También las dietas con un exceso de proteínas suelen ser deficitarias en fibra y, por tanto, agravan el estreñimiento.
- Evitar el sedentarismo. Pasar muchas horas acostada o sentada favorece el estreñimiento ya que la falta de ejercicio hace que se enlentezca el tránsito intestinal. Te ayudará hacer algo de ejercicio suave para movilizar la musculatura de la zona y así mejorar el tránsito intestinal.
- Tener un descanso nocturno reparador y dormir, al menos, 7 horas, también resulta básico.
Los cambios bruscos de rutinas no ayudan
Muchos casos de estreñimiento ocasional surgen como consecuencia de un cambio brusco en las costumbres (viajes, vacaciones, fiestas nocturnas...).
- Cuando se “rompe” con los horarios y los hábitos alimenticios se altera también la regularidad del ritmo intestinal pudiendo dar lugar a este trastorno pasajero.
- Para evitar que esto ocurra, hay que respetar los horarios de comidas e intentar no saltárselos. Además, conviene intentar ir al baño cada día a la misma hora.
Un puñado de almendras, unos 25 gramos, aportan 3,4 g de fibra.