La Organización Mundial de la Salud aconseja consumir menos de 2 g de sodio al día (el equivalente a 5 g de sal) aunque la mayoría de las personas doblan esa cantidad y consumen entre 9 y 12 de sal al día.
Según la Fundación Española del Corazón, los españoles ingerimos 9,8 g de sal al día. El 80% de la cantidad de sal ingerida procede de los alimentos y productos procesados y ultraprocesados.
Esta sal oculta es difícil de controlar si no leemos atentamente las etiquetas pero la que añadimos nosotros al preparar la comida o directamente al plato cuando nos parece soso sí la podemos reducir.
Hemos seleccionado la mejores alternativas a la sal para dar sabor a tus platos. Desde unas gotitas de limón, hasta una vinagreta de naranja, puedes comer más sano sin perder sabor, al mismo tiempo que cuidas de tu salud.
Una dieta baja en sal contribuye a unos niveles saludables de presión arterial, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora la salud renal, previene los ataques de asma y disminuye la retención de líquidos.