Beber cerveza, mucho mejor para tu intestino que otros probióticos según un estudio

Los fenoles y la fibra de la cerveza tienen una potente acción probiótica, según ha demostrado un estudio. Esta bebida universal aumenta las bacterias buenas del intestino y tiene un efecto antiinflamatorio y antioxidante.

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La cerveza es rica en sustancia bioactivas que mejoran la microbiota intestinal.

Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

La cerveza lleva con nosotros desde tiempos inmemoriales. Es la bebida alcohólica más antigua de la historia de la humanidad. La primera evidencia del consumo de cerveza se remonta a China hace 9.000 años. Actualmente es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua y el té.

Varios estudios han puesto de relieve las propiedades saludables de la cerveza, demostrando que sus componentes ayudan a prevenir la arteriosclerosis y las enfermedades cardíacas, mejoran la circulación sanguínea y la función inmune. También se han demostrado sus efectos antioxidantes y antienvejecimiento. El único problema y motivo por el cual tiene detractores es su contenido en alcohol. Un nuevo estudio ha demostrado que si su consumo es moderado, sus beneficios superan a los riesgos porque mejora la microbiota intestinal más que muchos probióticos; y una microbiota saludable está relacionada con muchos aspectos de la salud, en especial con el sistema inmunitario.

Compuestos saludables de la cerveza

La cerveza está hecha de malta, lúpulo, levadura y agua, además de otros ingredientes que le dan su sabor único. Esta bebida milenaria es una verdadera fuente de nutrientes. Contiene aminoácidos esenciales, vitaminas, oligoelementos y sustancias bioactivas como los polifenoles y flavonoides. También es rica en minerales como calcio, magnesio y zinc. Incluso tiene fibra dietética gracias a los betaglucanos y arabinosa-oligosacáridos del cereal.

Cómo afecta a la salud intestinal

Investigadores de la Universidad Médica de Dalian en China han demostrado que la cerveza es beneficiosa para la salud intestinal y, sorprendentemente, incluso podría ser mejor que muchos probióticos porque su acción en este sentido es aún mayor.

Nuestro intestino contiene una gran población de microorganismos que son claves para el bienestar general, nos referimos a la microbiota. "Cuando la cerveza se consume con moderación, los fenoles y otros nutrientes que contiene son fermentados y descompuestos por la microbios que residen en la capa mucosa externa del intestino. Este milagroso proceso digestivo produce una gran cantidad de metabolitos que aumentan las bacterias beneficiosas. Se trata de bacterias que producen ácidos grasos de cadena corta, ejerciendo una variedad de efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores", explican los autores del estudio.

Por tanto, puede afirmarse que la cerveza es un aliado del sistema inmunitario. "La cerveza reduce las moléculas de adhesión de leucocitos y los marcadores de riesgo biológico de inflamación y aumenta la capacidad antioxidante del plasma", aclaran los investigadores.

"Sabemos que el alcohol en exceso no es bueno, pero cuando se consume con moderación, la cerveza puede tener un impacto positivo en nuestra inmunidad. Ayuda a reducir la inflamación y aumenta nuestra capacidad antioxidante. Así que disfrutar de una cerveza ocasional puede ser beneficioso", añaden.

Cerveza: ¿un alimento funcional?

Aunque todavía queda mucho por investigar, alertan los investigadores, la cerveza, especialmente las versiones bajas en alcohol o sin alcohol, podría convertirse en un alimento funcional si se fortifica con fibra, antioxidantes y probióticos.

Los autores del estudio incluso hablan de la posibilidad de desarrollar cervezas que sirvan como "tratamiento" para enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la obesidad pero hace falta más investigación para ello.