Hace unos años, quien no quería o no podía tomar leche de vaca en su desayuno no tenía a su alcance la variedad de bebidas vegetales que existen ahora.
Procedentes de frutos secos, legumbres, cereales o semillas, son una opción más tanto para beber como para cocinar. Las más habituales son las de avena, soja, almendra, coco o arroz, aunque hay más.
Pero antes de hablarte de cada una de ellas, hay algunas ideas que no hay que pasar por alto.
Las bebidas vegetales no son un sustituto de la leche
La composición nutricional de las bebidas vegetales y la de la leche es distinta.
Las bebidas vegetales no tienen las proteínas, el calcio o la vitamina D de la leche de vaca, pero aportan fibra, vitaminas del grupo B y E, minerales (también calcio), no tienen lactosa ni ácidos grasos saturados...
Suelen ser ligeras porque contienen mucha agua, por eso su textura es "menos espesa".
Debes fijarte en los datos del envase
Como ocurre con el resto de alimentos procesados, cuantos menos ingredientes, mejor.
Cuando compres una bebida vegetal, comprueba si tiene azúcares añadidos (fructosa, siropes...) y que el porcentaje del producto principal sea significativo (que esté en segundo lugar).
¿Puedes hacer bebidas vegetales en casa?
Si te animas a probarlo, es bastante sencillo:
- Pon en remojo durante toda la noche el fruto seco, la semilla o el grano elegido. Por ejemplo, 200 g de almendras en 750 ml de agua.
- Lávalos con agua nueva al día siguiente y tritúralos con agua fresca.
- Filtra el resultado con la ayuda de un paño, retorciéndolo, o un colador fino.