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Eva Carnero
Periodista especializada en nutrición y bienestar.
En España nos gusta comer pescado. De hecho, es uno de los productos típicos de la dieta mediterránea. Además de ser un placer a nivel gastronómico, tiene diversos beneficios para la salud. Cuenta, en general, con una valiosa tabla de valores nutricionales, y al mismo tiempo, presenta una enorme variedad de especies que multiplica sus posibilidades en la cocina.
Desgraciadamente, su consumo se ha reducido un 17,37% el consumo de pescado en 2023, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En gran parte, esto se debe a la subida del precio de la cesta de la compra, que han llevado a muchos consumidores a suprimir o moderar la compra de productos del mar.
Los expertos recomiendan comer pescado entre 2 y 3 veces a la semana combinando blanco y azul. A continuación, te mostramos las principales razones para que no dejes de hacerlo.
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Favorece el desarrollo intelectual
El pescado es una de las principales fuentes de minerales como el zinc o el fósforo, y de vitamina A, vitamina B12 o de ácido fólico, nutrientes que intervienen en la concentración, la memoria y, el aprendizaje.
Los pescados azules, como la caballa, el boquerón o las sardinas, son perfectos para activar las capacidades cognitivas.
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Ayuda a perder peso
En general, el pescado contiene menos grasa que la carne. Ahora bien, recuerda que los pescados blancos (merluza, bacalao o rape) aportan mucha menos cantidad que los pescados azules (sardinas, atún o salmón). Y además, la grasa que aportan es mucho más saludable la del pescado.
La cantidad de calorías que tiene el pescado dependerá de cómo lo cocines. Mejor a la plancha, al vapor o al horno que frito o rebozado.
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Fortalece tus huesos
Hay especies cuyas espinas también se comen, básicamente las más pequeñas. Las sardinas o anchoas frescas o enlatadas permiten comerlas enteras y tienen una cantidad extra de calcio para tus huesos. ¡Tanto como un vaso de leche!
Recuerda incluir en tu dieta alimentos que contengan vitamina D (lácteos, salmón o huevo) que ayudan a asimilar bien el aporte del calcio.
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Cuida de tu corazón
Tanto los pescados blancos como los azules protegen la salud de nuestro corazón. Por un lado, los primeros apenas contienen grasa (no supera el 2% de su peso), y por otro, la grasa de los azules, sobre todo sus ácidos grasos poliinsaturados, es beneficiosa para la salud cardiovascular.
La grasa del pescado azul aumenta los niveles de colesterol HDL ("bueno"), disminuye los del LDL ("malo"), y por tanto se minimizan los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
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Se digiere fácilmente
El pescado tiene proteínas poco fibrosas y poco colágeno comparado con la carne. Cuanto menos colágeno tiene un alimento más tierno resulta. Por eso, una rodaja de merluza es más blanda que un filete de carne y te costará mucho menos hacer la digestión.
Los estómagos delicados tienen en los diferentes tipos de pescado muchas opciones para cuidarse. Piensa que entre diferentes especies y modos de cocinarlos las posibilidades son infinitas.
Pero ara que esto sea así es importante cómo lo preparas y con qué lo acompañas. De poco sirve que cocines un lenguado a la plancha, si la guarnición son patatas fritas. Opta por verduras al vapor, cereales integrales, patata asada.
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Nutre los músculos
El pescado cuenta con una buena dosis de proteínas, tantas como la carne o los huevos. Este nutriente es especialmente importante para la recuperación de los músculos tras el ejercicio, y para que los órganos se mantengan y se desarrollen correctamente.
El consumo de pescado entre los niños es fundamental para su crecimiento. Si son reacios a comerlo, elige pescados blancos suaves o prueba con la sepia. Normalmente, los aceptan mejor que otras especies con espinas.
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Aumenta las defensas
El consumo regular de pescado refuerza las defensas. Los ácidos omega 3 del pescado son un aliado importante del sistema inmunológico, ya que lo refuerza.
También se ha comprobado que los ácidos omega 3 ayudan a combatir los procesos inflamatorios, las erupciones cutáneas y la fatiga.
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El pescado se cocina de mil maneras
No hay que limitarse a la merluza o las sardinas. Incluir pescado en el menú semanal es muy sencillo, ya que, además de disponer de una enorme variedad de especies donde elegir, la forma de prepararlas puede ser muy distinta. Hay recetas y combinaciones para todos los gustos.
- El pescado congelado es una opción económica a la que se puede recurrir ya que las técnicas actuales permiten conservar todos los nutrientes.
- Además de las formas clásicas, puedes preparar buñuelos o croquetas, pasteles, quiches, incluirlo como ingrediente en ensaladas de pasta o de arroz, un revuelto, sopas...
CÓMO CONSERVAR EL PESCADO FRESCO
Si has comprado el pescado entero, antes de almacenarlo quítale las escamas, las vísceras y lava bien la cavidad abdominal. A continuación, guárdalo en un envoltorio o recipiente hermético para que no se reseque y no se le escapen los jugos que puedan contaminar otros alimentos.
Si lo vas a consumir en poco tiempo déjalo en la nevera, si no lo mejor es que lo congeles. Tanto el pescado blanco como el azul aguantarán un par de días en la nevera.
En el congelador:
- El pescado blanco puede estar entre seis y ocho meses.
- El pescado azul se mantiene en perfecto estado entre dos y tres meses.
Si eres un amante del pescado crudo, ahumado o marinado, congélalo 48 horas antes para evitar la posible contaminación por anisakis, parásito del pescado dañino para la salud de las personas.