Creer que la comida sana es más cara es algo generalizado según el Consejo Europeo de Información Alimentaria (EUFIC).
Y realmente, tal y como confirma un estudio publicado en PLoS ONE, los alimentos saludables tienden a ser más caros. Pero esto no significa que no se pueda comer bien por poco dinero. Porque recurrir a la comida rápida (y barata) o a los precocinados (“listos” para comer) es una tendencia que no es sana… ni tan económica.
SÉ más organizada
Un factor clave para comer bien con un presupuesto ajustado es organizarse y planificar el menú.
- Conviene pensar qué comerás cada día. Apuesta por platos nutritivos y económicos como, por ejemplo, guisos, potajes o estofados a base de legumbres y verduras de temporada.
Cremas, torrijas, buñuelos o albóndigas son ejemplos de platos elaborados con "sobras"
- Ten siempre en cuenta tu despensa. Aprovechando los alimentos que ya tienes en casa evitarás comprar de más. En este sentido, es fundamental mantener el orden en la despensa, la nevera y el congelador.
- Haz una lista con solo lo que necesitas. Te ayudará a evitar la compra “impulsiva” de alimentos prescindibles, los “extras”, que normalmente hacen subir mucho la factura final.
- Diseña con antelación los menús. No te llevará demasiado tiempo (bastan 30 minutos) y, sin embargo, te facilitará ahorrar tiempo y dinero, aprovechar mejor los alimentos y seguir una dieta sana sin salirte del presupuesto.
Trucos para comprar al mejor precio
Sustituir algún ingrediente del menú semanal por otro similar que esté a mejor precio es uno de ellos (por ejemplo, acelgas por espinacas). Ten en cuenta también lo siguiente:
- Mejor a granel. Fíjate en este dato: un pollo entero (deshuésalo en casa y congela lo que no vayas a usar) sale a mitad de precio que una bandeja de pechugas. Aplica este consejo también a los pescados.
Comprar en comercios pequeños te hace evitar adquirir "por impulso"
- Siempre de temporada. Están en su momento óptimo de maduración, y por ello son los más frescos, sabrosos y nutritivos... ¡Y también los más baratos! Fíjate en que sean productos de cercanía.
Tu manera de cocinar también importa
- Hazlo con antelación. Dedicar un día a preparar los menús de la semana puede ahorrarte tiempo y dinero. Eso sí, es fundamental guardarlos correctamente: distribuye la comida en raciones individuales en recipientes herméticos, y ponlos en la nevera o el congelador.
- Ajusta las raciones. Cocinar sin controlar las cantidades puede llevarte a tirar comida (y, tal vez, a salirte también del presupuesto).
Evita los alimentos procesados
Los alimentos procesados son más caros: por eso te recomendamos que no abuses de ellos.
- Nos ahorran tiempo, sí, pero también son más caros. Si quieres gastar lo mínimo no te conviene que precocinados y congelados formen parte de tu cesta habitual.
Cosas que (casi) nadie tiene en cuenta
- Ofertas al final del día. Cuando se acerca la hora de cerrar todos los comercios abaratan los precios de los productos perecederos. Ve a comprar a esas horas.
- El gancho del súper. Los artículos que te encuentras a la altura de la vista son siempre más caros. Los supermercados saben que el comprador los cogerá por impulso y los colocan allí estratégicamente. Fíjate en los que están más arriba o más abajo porque seguramente sean más baratos.
- Las hierbas frescas cuestan una pequeña fortuna. ¿La solución? Usa una cucharadita de la planta fresca… y dos cucharadas de la misma planta seca (que no sean cilantro, perejil o cebollino, porque pierden aroma). Ahorras sin que el plato pierda sabor.
- Ralla tú el queso. Compra un taco y ralla en casa el que necesites. El resto se conservará por más tiempo.