Es muy probable que estés cometiendo algunos errores que no te están permitiendo obtener todos los beneficios de los alimentos. Toma nota de cómo puedes preservar al máximo sus nutrientes para que actúen como verdaderas píldoras de salud.
Para no se destruyan los nutrientes
Los nutrientes son altamente inestables y pueden “desactivarse” o “perderse” por la acción de la luz, el calor, al cortar un alimento o manipularlo de una determinada forma...
- Protege las endibias del sol. Son ricas en ácido fólico pero este nutrientes es fotosensible, por lo que conviene protegerlas de la luz todo lo posible. Una vez limpias, envuélvelas en papel de cocina o un paño de algodón.
- El perejil añádelo al final. Este clásico de la cocina española tiene el triple de vitamina C que una naranja, pero debes añadirlo en el último momento porque el calor la destruye.
- Patatas, sin pelar. Al tomada con la piel, una patata mediana aporta la mitad de la cantidad diaria recomendada de calcio.
En la piel de la patata se "esconde" su calcio
- Judías verdes: espera a que el agua hierva. Si las sumerges mucho tiempo se pierden muchas de sus vitaminas: mejor ponlas en agua cuando ya esté hirviendo para preservar mejor sus nutrientes.
- Guisantes, déjalos en su vaina. Los guisantes frescos son auténticas perlas de salud pero si los sacas de sus vainas y los guardas…¡empiezan a perder nutrientes!
Potencia sus cualidades
También ocurre lo contrario, algunas preparaciones potencian la acción de los nutrientes o mejoran su digestibilidad. Conocer estos otros trucos culinarios te va a permitir multiplicar los efectos beneficiosos de los alimentos sobre tu organismo. Por ejemplo..
- No deseches las pepitas de las uvas. Si las tomas para regular el funcionamiento del intestino, es imprescindible que no deseches estas partes, ya que son las que fomentan la actividad intestinal.
- Las castañas, mejor en remojo. Pélalas bien si las vas a comer en crudo (aprovecharás su vitamina C), pero retira la piel amarilla que las recubre (es indigesta) y déjalas en remojo 8 horas para que resulten más digeribles
- Zanahoria: cuécela entera. Una investigación de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) demostró que si se cuecen enteras y después se trocean, preservan un 25% más de falcarinol –un potente antioxidante–, y son más nutritivas.
Las zanahorias cocidas enteras preservan un 25% más de falcarinol
- Granada, bebe su zumo. Los taninos de esta fruta, sustancias con propiedades astringentes y antiinflamatorias, están presentes sobre todo en las membranas blanquecinas que separan los granos. Para beneficiarte de sus virtudes es mejor que la tomes en zumo.
- Apura la piel de la sandía. Su pulpa blanca es rica en citrulina, un aminoácido que también contienen los pepinos y los melones y que regula la tensión. En 200 g de sandía hay unos 400 mg de esta sustancia (60% en la cáscara y 40% en el interior).