Cocinar patatas: trucos para que queden deliciosas y sean más sanas

Las patatas son sabrosas, económicas y pueden incluirse en dietas de adelgazamiento si las preparas de la forma adecuada. Te damos los trucos para sacarle el máximo partido en tus recetas.

Actualizado a
Formas sanas y ligeras de cocinar las patatas
iStock by Getty Images

Lo mejor es consumir las patatas cocidas, al vapor o al horno ya que así sacian sin sumar kilos.

Maria T Lopez nutricionista
María T. López

Farmacéutica. Técnica en Nutrición y Dietética

Las patatas arrastran la fama de que son calóricas y engordan, pero depende de la cómo las cocines. Te contamos cuáles son los diferentes tipos de patatas que existen y cómo sacarles el mejor partido culinario para que, además de estar en su punto, sean sanas y de lo más sabrosas.

Cómo cocinarlas para que sean más sanas y ligeras

Hay que destacar que, pese a su fama, las patatas son buenas para adelgazar. De hecho, el 77% de su contenido es agua y solo aportan 80 calorías por cada 100 g. De la forma de cocción depende el que engorden.

Lo mejor es consumirlas cocidas, al vapor o al horno, de esta manera sacian sin sumarte kilos. Sin embargo, con la fritura triplican las calorías que aportan. Es más, al freírlas se pierden también la mayoría de sus beneficios nutritivos.

Las patatas cocidas, al vapor o al horno solo aportan 80 calorías por 100 gr. Si las fríes se triplican estas calorías

Según investigaciones de varias universidades europeas, los alimentos ricos en almidón fritos a más de 120º C producen varias sustancias cancerígenas (acrilamida y glicidamida). Si el cuerpo las recibe a diario, se incrementa en especial el riesgo de cáncer de útero y ovario.

Que variedad de patata es más adecuada para cada caso

Como las diversas variedades de patata tienen distinta proporción de almidón y agua, cada una da mejores resultados culinarios (en cuanto a sabor y aspecto) con determinadas cocciones.

  • Para freír: Para que crujan por fuera y queden blandas por dentro, escógelas compactas, como la agria y la caesar.
  • Para hacer puré: Son buenas las patatas que tienden a deshacerse, como las variedades monalisa o desirée.
  • Al horno o para acompañar asados: Son mejores las harinosas, que no se deshacen, así que elige la kennebec, la spunta...
  • Cocidas: Para acompañar carnes, pescados o verduras o para ensaladas apuesta por la spunta y la baraka.

Cómo conservar las patatas y cuándo congelar

Al comprarlas, hay que elegirlas firmes, intactas, sin brotes ni partes verdes. Aguantarán mucho más tiempo sin estropearse si las guardas en un lugar seco y en el que haya penumbra, sin amontonar, a unos 10-12º C.

Existe un truco para que duren frescas aún más: colocar una manzana entre ellas que, eso sí, hay que cambiar cada semana.

Las patatas fritas se pueden congelar para consumir después. Esto es posible solo si las patatas son frescas. Más que tomarlas luego descongeladas sin más, es mejor usarlas para improvisar una tortilla de patatas un día que tienes poco tiempo.

Las hervidas soportan mal la congelación, pues después quedan harinosas. Y si te sobran peladas en crudo, se conservan varios días en la nevera metidas en un recipiente que sea de loza o cristal lleno de agua fría.

Trucos para sacarles más partido a las patatas

  • Bien hechas al horno: Cuécelas antes de hornearlas unos 15 minutos y luego mételas en el horno durante otros 30-40 minutos. Así evitarás que por dentro queden algo duras.
  • Falsas patatas fritas: Elabóralas como te hemos explicado en el punto anterior pero córtalas previamente en tiras y, al finalizar, aderézalas con tomillo y pimienta. No es lo mismo, pero “engañan” a la mente y al paladar.
  • Muy “doraditas” cuando las hornees: Lo conseguirás si, además de untar la bandeja con aceite frotas también toda la superficie de las patatas.
  • Un puré más blanco: Echa un buen chorrito de zumo de limón durante la cocción y lograrás este efecto. También sirve utilizar un poco de vinagre si te quedas sin limones.
  • Que no se rompan mientras las cueces: Es otro objetivo para el que el zumo de limón y el vinagre te pueden resultar de gran ayuda. En este caso, echar vino blanco al agua de la cocción también es muy efectivo.
  • Guisos más espesos: Para obtenerlos no las cortes de forma limpia. Introduce el cuchillo sin llegar al fondo y luego tira del trozo hasta romperlo. De esta manera, sueltan más almidón, que espesa el guiso.
  • Muy crujientes: Para que tus patatas fritas queden más crujientes, hay que secarlas muy bien antes de freírlas y sazonarlas justo al sacarlas del aceite. Aún “crujirán” más si las rebozas en una capa fina de harina (aumentan sus calorías).
  • Sabrosas ensaladas: Cuando las utilices para preparar este tipo de platos, tras cocerlas y cortarlas, hay que aliñarlas en caliente, para que absorban mejor el sabor del aderezo. Si les echas hierbas (perejil, orégano...) hazlo cuando entibien para que no queden mustias con el calor de la patata.
  • Pelarlas mejor una vez cocidas: Cuando están calientes esa tarea se hace algo engorrosa. Lo mejor es pasarlas un minuto por debajo del chorro del agua fría (no más para que no queden “aguadas”). De esta forma, la piel saldrá sin dificultades. De todas maneras, las que son para asar pueden comerse con piel sin problemas, siempre y cuando las hayas lavado antes a conciencia.
  • Acelera la cocción: Antes de introducirlas en la olla, pínchalas en crudo varias veces con un tenedor y verás cómo quedan en su punto muchísimo antes.