¿Es malo comer la piel del pollo?

El pollo es la carne blanca que más se consume en nuestro país. Sin embargo, en muchos casos nos entra la duda de si se le tiene que quitar la piel o no hay problema en comerla. Te desvelamos si es saludable o no comer la piel del pollo.

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Comer la piel del pollo
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En la piel del pollo se concentra la mayor cantidad de calorías y grasas saturadas.

Marta Verona
Marta Verona

Nutricionista y cocinera

El pollo es una de las carnes más consumidas actualmente en nuestro país por su versatilidad, su sabor suave, sus propiedades saludables y su precio. 

Hay múltiples amaneras de prepararlo. Se puede comer frito, asado, al horno, a la brasa, rebozado, relleno... Sin embargo, sobre el pollo, existe una tendencia generalizada a creer que comer su piel puede ser perjudicial para nuestra salud. ¿Es cierto o un bulo?

¿Es perjudicial comer la piel del pollo?

La duda sobre si es saludable o no comerlo con piel es muy común, pero no debes preocuparte. Consumir piel de pollo es seguro porque el uso de hormonas en la cría de este animal se prohibió hace más de dos décadas.

De todos modos, no tenemos que perder de vista que la piel es su parte más calórica, así que si como “malo” entendemos que con ella vamos a ingerir más calorías y más grasa, lógicamente lo ideal es evitarla.

Por tanto, comer la piel del pollo ocasionalmente como parte de una dieta equilibrada generalmente no es perjudicial. Sin embargo, si tienes preocupaciones específicas relacionadas con enfermedades cardíacas o el colesterol alto es posible que desees evitarla o limitar su consumo.

Además, si estás tratando de controlar tu peso, puede ser mejor quitar la piel, ya que, como decíamos, es donde se concentra la mayor cantidad de calorías y grasas saturadas.

Cómo cocinar el pollo para poder comer la piel

La forma en que se prepara el pollo es importante para decir si lo comemos con piel o no. Si te gusta la piel y de vez en cuando quieres tomarla, existe un truco para evitar que la grasa se concentre en esa zona: asarlo. Esa es la mejor opción porque esta manera la grasa se desprende y se queda en el jugo.

Ocurre todo lo contrario si lo fríes. Con esta técnica la piel retendrá su grasa... y también parte de la del aceite que uses. Además, cuando se cocina a altas temperaturas, como pasa con la fritura, puede volverse crujiente pero también puede generar compuestos potencialmente dañinos, como acrilamida. Así que si quieres prepararlo así alguna vez, es mucho mejor que le quites la piel.

Otra cosa a tener en cuenta es que la piel del pollo es la parte del animal que más bacterias acumula, ya que es la que está en contacto con más microorganismos y es que antes de que el pollo llegue a la tienda, pasa por los contenedores de transporte, la desplumadora o el matadero, lo que multiplica las posibilidades de contaminación bacteriana

Así que si vas a comer la piel del pollo, es importante saber que el único modo de eliminar las bacterias es cocerla bien. 

Las partes más sanas del pollo

Las partes menos grasas del pollo, por tanto las más saludables, son los solomillos y la pechuga. Esta última posee un valor nutricional envidiable: solo tiene un 3 % de grasa y, en cambio, un 25 % de proteína de calidad y micronutrientes importantísimos como el fósforo, la niacina y la vitamina B6.

Como contrapartida, es cierto que son las partes menos jugosas del animal,  pero eso tiene una solución culinaria.

Si quieres que siempre te queden tiernas y sabrosas, puedes marinarlas en una mezcla de especias, aceite de oliva y jugo de limón durante unos 20 minutos antes de cocinarlo.

Una receta de pollo nutritiva y sabrosa

Tomad nota de esta receta deliciosa, nutritiva y ligera. Se trata de un sam: una especie bocadillo coreano sin pan en el que distintos ingredientes se envuelven en hojas de lechuga. Es muy sencilla, así que animaos ¡y disfrutadla!

Sam de pollo Shawarma

Ingredientes para 1 persona:

100 g de pechuga de pollo • 2 hojas de cogollos de lechuga • 2 hojas de albahaca • ¼ de diente de ajo • ½ cdita. de pimentón dulce • ½ cdita. de cilantro molido • ½ cdita. de comino • ½ cdita. de nuez moscada • ½ cdita. de canela • 1 hoja de laurel • 20 ml de aceite de oliva • El zumo de ½ limón

Preparación:

1. Ralla el ajo y mezcla en un bol todos los ingredientes menos las hojas de lechuga. Si el sabor del ajo te gusta especialmente, puedes añadir más cantidad.

2. Deja marinar el pollo durante 30 minutos y, a continuación, márcalo en una plancha caliente.

3. Corta la carne en trozos pequeños junto con una hoja de albahaca, ponlos sobre una hoja de lechuga y cómetelo enrollado como su fuera un wrap.