Cómo cocinar los 7 tipos de setas comestibles más comunes y sabrosas

Las setas son tan saludables como sabrosas y aportan pocas calorías, por lo que pueden incluirse en cualquier dieta. Descubre cómo preparar los 7 tipos de setas comestibles más comunes.

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Soledad López
Soledad López

Periodista especializada en salud

Las setas son uno de los alimentos de otoño más esperados. Existen unas 5.000 especies de setas, pero no todas tienen buen sabor y un pequeño porcentaje son tóxicas e incluso mortales, por eso hay que conocerlas muy bien si decides salir a buscarlas tú mismo. En el mercado puedes encontrar las especies comestibles más apreciadas. Te sugerimos las 7 más comunes y te explicamos cómo prepararlas. 

Propiedades y conservación de las setas

Además de sabrosas, las setas son un alimento muy saludable. Son bajas en calorías porque el 90% de su composición es agua, un 6% son proteínas, un 3% hidratos de carbono y apenas un 1% son grasas. Las setas son fuente de vitaminas A, B y D.

Para que este tesoro de la naturaleza llegue prácticamente intacto a tu mesa, al comprarlas fíjate en el pie: cuanto más íntegro, mejor estará la seta. Y comprueba que su color no está "apagado"; las setas se oscurecen con los días.

En casa, ponlas en una bandeja sin apilar y tápalas con un trapo. Es importante separar cuanto antes los que estén estropeados.

Antes de cocinarlas, límpialas con un baño rápido (si tienen mucha tierra) o con un trapo húmedo o un cepillo (si tienen poca). Recuerda, las setas son un producto delicado que pide cocciones cortas para no perder su sabor y acabar confundiéndose con el resto de ingredientes. Las setas se estropean en poco tiempo. Congélalas o sécalas si no las vas a consumir pronto.

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1 | 7 Seta de cardo

  • La seta de cardo (Pleurotus eryngii) se conoce como gírgola de panical en Cataluña y orejua en el País Vasco. Es una de las setas más conocidas y consumidas de nuestro país y se caracteriza por tener un sombrero amarronado con un pie blanco. Es muy rica en fibra, por lo que se aconseja para combatir el estreñimiento.
  • Su sabor suave la hace muy versátil y apta para muchas preparaciones. Puede saltearlas a la plancha con aceite, ajo y perejil; añadirlas a guisos, pasta o arroces; o preparalas en cremas.

 

2 | 7 Shiitake y maitake

  • Shiitake. Que su origen no te desanime: puedes preparar los shiitake de muchas maneras... algunas muy nuestras: añádelos en una sopa de verduras o pollo en el último momento o córtalos en láminas finas e incorpóralos a tus pizzas caseras. Prueba este magnífico aperitivo: salteados con jengibre, ajo y unas gotitas de vinagre, y un chorrito de aceite de oliva al final.
  • Maitake. Es menos habitual, pero también brilla en muchas preparaciones. Apunta estas dos: en una tortilla, previamente salteados; y rebozados con harina y huevo como guarnición.

3 | 7 Trompeta amarilla

  • Tiene un aspecto delicado y color espectacular. Debido a su forma tubular debe prestarse especial atención al lavado para eliminar posibles restos de tierra. Dan resultados muy sabrosos en elaboraciones con huevos, especialmente en los revueltos, a los que regalan un rico aroma a bosque.
  • Si separas sus pies y los pones en una cazuelita de barro con láminas de ajo, una guindilla y aceite muy caliente... ¡obtendrás unas "gulas de bosque"! Un plato simple y sofisticado a la vez.
  • Conservación. Se secan fácilmente poniéndolas encima de una superficie limpia en un lugar seco, quizá sobre papel, y protegido de la luz.

4 | 7 Níscalo

  • Aprecia todo su sabor en preparaciones sencillas: colócalos en una bandeja "boca arriba", salpimienta, añade un chorrito de aceite y hornea unos minutos.
  • En un guisado, saltéalos primero y añádelos hacia el final de la cocción.

5 | 7 Rebozuelos

  • Sus características lo distinguen de las demás setas, porque tiene una textura firme y un aroma especialmente perfumado, que lo hacen perfecto para preparaciones delicadas.
  • Quedan fantásticos salteados con pescado o marisco, con verduras al dente y encajan muy bien en ensaladas tibias.
  • Conservación. Soportan mal la congelación, por lo que es preferible consumirlos frescos. Aun así, pueden conservarse cocidos y en vinagreta.

6 | 7 Colmenilla

  •  De sabor complejo, cálido, con una textura firme y un aspecto singular, no hay que comerla nunca cruda. Incluso antes se le da un hervor cuando simplemente se va a saltear.
  • Combinan estupendamente con platos "elaborados": estofados, menestras de verduras, arroces, sopas... Una salsa cremosa con colmenillas rehogadas queda genial con pasta fresca, pescados blancos al vapor y espárragos blancos.
  • Conservación. Escáldalos ligeramente y te aguantarán unos días en la nevera.

7 | 7 Boletus

  • De pulpa blanca esponjosa y fina, estas setas son tan aromáticas que no conviene condimentarlas en exceso.
  • Cortadas en láminas gruesas y hechas a la plancha o en una sartén con muy poco aceite, o crudas, cortadas finas y aliñadas solo con sal en escamas y pimienta están deliciosas.
  • De gourmet. Cuécelas con cebollitas en mucho aceite de oliva, a muy baja temperatura, hasta confitarlas. Conseguirás una guarnición espectacular y un aceite perfumado de altísima calidad gastronómica.