los beneficios de las crucíferas
No siempre han tenido un lugar destacado en nuestras mesas, pero hoy en día somos uno de los países europeos donde más ha crecido el consumo de las sabrosas crucíferas.
Todas ellas destacan por tener compuestos bioactivos muy interesantes para nuestra salud.
CONSEJOS PARA PREPARARLAS
- Kale en invierno. Si no eres muy amante de la col rizada, pruébala en invierno: su sabor es menos amargo y está más tierna. Ponla en el horno troceada y pulverizada con aceite de oliva y, tras 7-8 minutos a 180º, obtendrás unas crujientes chips.
- Brócoli crujiente. Si no deseas hacerlo al vapor, hiérvelo en agua 3 minutos y, una vez apartado, ponlo en un cuenco con hielo. Mantendrá su vivo color verde.
- Si te molesta el olor al cocinarlas... El intenso aroma que desprenden durante la cocción (sobre todo la coliflor) se debe a sus compuestos organosulfurados, que se activan al trocearlas y cocerlas. Lo rebajas si añades al agua (o a la vaporera) unos trozos de limón o unas gotas de vinagre.
Ojo con la glándula tiroides
Las crucíferas son un alimento imprescindible en nuestra dieta, pero contienen sustancias que pueden alterar el funcionamiento de la glándula tiroides e impedir que nuestro cuerpo absorba correctamente el yodo.
Por eso, si tienes problemas de tiroides (sobre todo hipotiroidismo)no te conviene comerlas con frecuencia.