Efectivamente, las hojas de las zanahorias son comestibles y superutritivas. En realidad no es nada extraño porque nos hartamos de comer hojas de hortalizas; la zanahoria es la raíz de la planta.
Sin embargo, estas hojas que tantas veces se desechan contienen minerales, antioxidantes y mucha fibra. Así que, antes de tirarlas a la basura, piénsatelo dos veces porque nos aportan muchos beneficios:
- Controlan la hipertensión. Su contenido en potasio regula la concentración de nuestros fluidos corporales. Es decir, que si tienes que seguir una dieta baja en sal, las hojas de zanahoria son grandes aliadas para seguir una dieta cardiosaludable.
- Controlan la saciedad y los niveles de azúcar en sangre. Donde nuestros ojos ven unas “simples” hojas de zanahoria, nuestro intestino ve una gran cantidad de fibra que controla la absorción del azúcar y, por lo tanto, sus niveles en sangre. ¡Y no solo eso! Son saciantes a más no poder, previniendo el sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
- Nos protegen del envejecimiento. Igual que nosotros respiramos ¡nuestras células también respiran! Inspiran energía y expiran radicales libres. Esos radicales libres nos oxidan o, en el lenguaje de los mortales, nos envejecen. Los antioxidantes son moléculas o miniindividuos ladrones de los radicales libres que generan nuestras células cuando se oxidan. Cuando encuentran radicales libres en la sangre ¡los atrapan! ayudando a reducir el envejecimiento celular y cutáneo. El antioxidante más famoso, el Freddie Mercury del rejuvenecimiento, es la vitamina C ¡y de eso las hojas de zanahoria van más que sobradas!
- Combaten el mal aliento. Si os hablo de la clorofila, en seguida pensaréis en la menta, el eucalipto o la hierbabuena, pero este es un pigmento que se encuentra en la mayor parte de vegetales de color verde. Masticar hojas de zanahoria es un superremedio contra el mal aliento por sus grandes cantidades de este antioxidante.
Consumir las hojas de las zanahorias y no desecharlas no solo cuida nuestra salud, también el planeta porque reduce el desperdicio alimentario. ¿Sabes qué porcentaje de todos los alimentos producidos a nivel mundial se despilfarran? Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ¡nada más y nada menos que una tercera parte!
Aprovechar al máximo los nutrientes de las hojas de zanahoria es muy fácil si las comemos en crudo. No os asustéis ¡están muy ricas! Por ejemplo, si las incorporamos a un pesto de zanahoria como el que os comparto a continuación:
Receta de Pesto de zanahoria
Ingredientes: 50 g de hojas de albahaca, 50 g de hojas de zanahoria, 50 g de queso parmesano, 50 g de piñones o nueces (según tus preferencias) y 50 ml de aceite de oliva virgen extra.
Elaboración: Esta receta no puede ser más fácil, estar más rica ni ser más sana. Solo tenemos que triturar todos los ingredientes en un robot de cocina o con una batidora eléctrica ¡y disfrutar de un delicioso pesto de aprovechamiento! Es perfecto para acompañar una pasta o para dipear con la propia zanahoria cortada en bastones.