El hecho de que el peso de algunas mujeres fluctúe tanto, como es tu caso, suele ser a causa de dietas para adelgazar muy restrictivas y desequilibradas. Estas se basan en tomar muy pocas calorías durante un tiempo, y no cambiar los malos hábitos alimentarios.
¿Cómo afecta eso? Al comer muy poco durante una temporada el cuerpo se acostumbra a funcionar con un nivel bajo de energía, pero al proporcionarle, de repente, otra vez una cantidad de alimentos abundante, reacciona almacenando (en forma de grasas) todo lo que puede para poder soportar otra futura “época de escasez”.
Entonces se vuelve a ganar el peso rápidamente e incluso se puede recuperar más peso del que se perdió. Eso provoca la necesidad de empezar otra dieta, se recurre a una más estricta que la anterior. Y así se entra en un círculo vicioso difícil de romper.
La consecuencias que puede tener esto para la salud, son las siguientes:
- Esta fluctuación va mermando la capacidad para perder peso porque el metabolismo se vuelve “ahorrador” y se ha demostrado que este efecto rebote lleva a la obesidad, ya que cuando se repite puede provocar una ganancia de más del 20% del peso.
- Además, el sistema coronario se puede resentir. Estudios recientes han relacionado el subir y bajar de peso de forma brusca con un aumento del riesgo cardiovascular, ya que parece ser que no solo se recuperan los kilos perdidos, sino que cambia su distribución corporal siendo mayor la tendencia a que se acumulen en la zona abdominal, lo que aumenta el riesgo cardiovascular.
- Adelgazar para luego volver a engordar también puede afectar al estado de ánimo, pues los cambios de peso desmoronan la autoestima de quien los sufre al comprobar que no es capaz de estabilizar su peso. Y los fracasos continuados llevan al desaliento.