Te voy a contar un secreto: ¡el desayuno no es la comida más importante del día! Todas lo son.
Des-ayuno, como el mismo nombre indica, es el momento en el que rompemos el ayuno, es decir, cuando volvemos a comer después de un periodo largo sin hacerlo.
Puede ser a las ocho de la mañana, pero, si a esas horas no tienes hambre, ¡no te fuerces! Hazlo cuando te apetezca. Eso sí, incorpora alimentos saludables.
Un error muy común es, por pensar que hay que desayunar sí o sí, tomarnos unas cuantas galletas por “abrir el apetito” o echar un zumo industrial y una pieza de bollería industrial en el bolso porque “no hemos tenido tiempo de desayunar ¡y eso no se negocia!”.
Pero lo que no debería negociarse es romper el ayuno con alimentos de mala calidad nutricional. Más vale esperar a tener más hambre o más tiempo para desayunar rico y saludable.
Te propongo que pruebes la granola. Es más práctica que las galletas y, al prepararla tú en casa, puedes seguir usando endulzante ¡y aun así seguirá teniendo menos azúcar que los cereales del súper!
Puedes combinarla con yogur o un vaso de leche y, cómo no, la necesaria pieza de fruta. Guárdate bien esta receta.
La mejor granola casera
Ingredientes: 240 g de copos de avena integral • 50 g de miel • 30 g de aceite de oliva • 5 g de esencia de vainilla • Una cucharada sopera de avellanas, pipas de calabaza, bayas de goji y coco rallado.
Elboración:
- Precalienta el horno a 180º.
- Dispón los copos de avena en una fuente para horno y, sobre esta, la miel, el aceite y la esencia de vainilla.
- Añade el resto de ingredientes, excepto las bayas de goji e intégralo todo bien.
- Hornea 15-20 minutos a 180º hasta que la avena quede crujiente, retira del horno y agrega las bayas.
Si la guardas en un bote hermético, te durará hasta 15 días.